8 dic 2022

2004- ULTIMATE GALACTUS TRILOGY – Warren Ellis y varios (1)

 

Para los lectores de comics de superhéroes de los años 60 del pasado siglo, la llegada de Silver Surfer y Galactus en la colección de “Los Cuatro Fantásticos”, en los números 48, 49 y 50 (marzo-mayo 1966), fue el pináculo del género en ese momento, una aventura cósmica innovadora salida de la imaginación de Jack Kirby y a la que los diálogos de Stan Lee añadieron un aliento de humanidad.

 

Fue un intento –exitoso- de salirse de la rutina “superhéroe versus villano” y llegó en un momento perfecto de madurez creativa para ambos autores. El Universo Marvel estaba en plena consolidación y guionista y dibujante sintieron que había llegado el momento de dar un paso más allá y probar algo nuevo. El ahora icónico Galactus, el Devorador de Mundos, se convirtió en una figura instantáneamente reconocible para cualquier aficionado al comic y el concepto de “heraldo” del apocalipsis fue de igual modo sorprendente.

 

Cuarenta y un años después, en 2007, los responsables de la película “Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer”, ya se habían dado cuenta de que, por muy impresionante que hubiera sido la idea en su momento, las nuevas generaciones no acogerían con el mismo entusiasmo el concepto de un gigante con traje rosa y púrpura y un casco voluminoso. Pero ya antes, en 2004, los creadores del universo Ultimate, habían llegado a la misma conclusión.

 

En el año 2000, Marvel lanzó su línea Ultimate, con la que quería reformular para el nuevo siglo algunos de sus personajes e historias clásicas. Los Vengadores se reconvirtieron en The Ultimates y se publicaron también series de Ultimate Spiderman, Ultimate X-Men y Ultimate Fantastic Four. El objetivo era construir desde cero un universo accesible para nuevos lectores sin que tuvieran que asimilar casi medio siglo de continuidad previa. A pesar de que se orquestaron algunos cruces menores entre las colecciones de ese sello (Mark Millar introduciendo a los Ultimates en sus X-Men, o Spiderman visitando el Edificio Baxter), todas estas series se mantuvieron libres del tipo de eventos hipertrofiados que lastraban al universo clásico año tras año… hasta la llegada de la Ultimate Galactus Trilogy, que se desarrolló entre octubre de 2004 y julio de 2006.

 

En realidad, este crossover era un concepto diferente a los propios del universo convencional, como “Civil War” o “Invasión Secreta”, ya que permitió a las colecciones regulares continuar con las tramas en curso en vez de obligar a los guionistas a encajar como bien pudieran lo que algún otro estaba contando en el evento de turno. Esto es, los lectores de “Ultimate X-Men” o “Ultimate Fantastic Four” podían seguir leyendo sus revistas sin saber siquiera que el evento estaba teniendo lugar simultáneamente. Esto, de por sí, ya fue una novedad interesante que, por fin, mostraba respeto por los autores. La otra gran diferencia que separaba a la “Ultimate Galactus Trilogy” de sus equivalentes en el Universo Marvel fue su guionista, Warren Ellis.

 

Los grandes eventos de los comics de superhéroes suelen estar escritos por nombres importantes de la industria. Brian Michael Bendis –conocido por sus etapas en “Daredevil”, “Ultimate Spiderman”, “Ultimate X-Men” o “Nuevos Vengadores”- había sido el cerebro de crossovers como “Casa de M” o “Asedio”. Mark Millar –“Ultimate X-Men”, “Cuatro Fantásticos”, “Wolverine” o “The Ultimates”- firmó “Civil War” para Marvel; y en DC, Geoff Johns –guionista de “Green Lantern”, “Flash”, “Superman” o la “JSA”- fue el arquitecto de “La Noche Más Oscura” o “Crisis Infinita”. De hecho, en el caso de la “Ultimate Galactus Trilogy”, el autor designado inicialmente para escribirla fue Mark Millar, pero cuando cayó enfermo el encargo lo asumió Warren Ellis.

 

Aunque Ellis había escrito títulos de cierto prestigio, como “Ultimate Fantastic Four” o “Astonishing X-Men”, era sobre todo conocido por trabajos de gran originalidad y sofisticación, sobre todo en el terreno de la CF o mezclando ésta con el género superheroico en su vertiente más cínica, como “Planetary”, “Global Frequency”, “Transmetropolitan”,“Stormwatch” o “The Authority”. Por tanto, parecía una opción peculiar para escribir este evento, lo cual no es ni mucho menos algo negativo; todo lo contrario, fue refrescante ver a un creador poco convencional encargarse de un evento que los lectores podían disfrutar de forma líneal y autocontenida, esto es, sin tener que asumir también desvíos mediocres cada mes en las colecciones regulares.

 

La trilogía original de Galactus llegando por primera vez a la Tierra fue una historia que discurrió, como he mencionado, en la colección regular de “Los Cuatro Fantásticos”. La familia liderada por Reed Richards se enfrentaba al Devorador de Mundos y encontraba una forma de ahuyentarlo en sólo tres episodios. Pero ese formato, para un acontecimiento tan dramático y un lector moderno, ya no se consideraba adecuado. Hoy hay que ofrecer una narración que dure un año e incluya a todos los superhéroes Marvel, ampliando el tronco principal de la historia con ramificaciones en el resto de colecciones del muy extenso catálogo de la editorial. “Ultimate Galactus Trilogy” es, por tanto, una versión modernizada –en tono, formato y narrativa- de la leyenda original creada por Lee y Kirby. Como todos los mitos, los del comic son constantemente reinventados, repetidos y recontados. El propio Ellis es un defensor de esta visión, lo que le hace una opción ideal para esta obra.

 

Ellis escogió un método interesante para contar esta historia: no un conjunto de tres episodios, sino una trilogía de miniseries, cada una con un tono bien diferenciado. La primera, “Ultimate Nightmare”, consta de cinco capítulos y está dibujada por Trevor Hairsine y Simon Coleby en un estilo muy deudor del de Brian Hitch o Steve Epting. Este segmento fue el único del que Ellis iba a encargarse inicialmente, una suerte de prólogo al evento principal escrito por Mark Millar.

 

“Ultimate Nightmare” cuenta la convergencia accidental de dos misiones encubiertas en Tunguska, una región remota de Rusia en la que cien años atrás tuvo lugar una extraña explosión nunca del todo explicada. Por parte de los X-Men, acuden Jean Grey, Coloso y Wolverine; por la de SHIELD, Nick Furia, el Capitán América, la Viuda Negra y Sam Wilson (presentado aquí en el Universo Ultimate, conserva sus características alas pero es un exmilitar reconvertido en científico y nunca se le llama “Halcón”). El objetivo de ambos grupos es averiguar el origen de unas transmisiones televisivas, acompañadas de gritos psíquicos, que han invadido los receptores de todo el planeta avisando de una amenaza inminente procedente del espacio llamada Gah-Lak-Tus, que va a aniquilar a toda la Humanidad. Son unas imágenes pesadillescas que hablan de muerte inevitable y que han generado un fenómeno masivo de suicidios.

 

Ambos equipos se internan independientemente en la base abandonada del antiguo ejército soviético de la que parecen salir las señales y se encuentran en su interior con unas criaturas grotescas, fusionadas con implantes cibernéticos y sumidas en la locura, que resultan ser los sujetos de prueba descartados de un experimento para crear supersoldados rusos. El Capitán América se enfrenta a su opuesto, el único voluntario en el que el experimento salió medianamente bien y que se ha hecho su propio uniforme y un escudo hecho de hueso y carne humanos. Este segmento termina con el descubrimiento de la Visión, un androide inteligente enviado cien años atrás para avisarnos de la llegada de Gah Lak Tus, una entidad más allá de la comprensión humana que destruye toda vida que encuentra en el Universo. La Visión se pasó ese siglo encerrado en esa base rusa, siendo estudiado y diseccionado por científicos que trataban de utilizar su tecnología con fines armamentísticos.

 

La sección central está compuesta por dos miniseries: “Ultimate Secret”, cuatro capítulos con arte de Steve McNiven y Mark Morales en los dos primeros y Tom Raney y Scott Hanna en los dos últimos; y “Ultimate Vision”, un número especial escrito por Mark Millar y dibujado por John Romita y Jimmy Palmiotti.

 

“Ultimate Secret” tiene algo menos de energía que la primera miniserie, pero eso es sólo porque Ellis, al enfermar Millar, tuvo que asumir el encargo y resolverlo con más rapidez y menos planificación de lo que hubiera querido. Las buenas ideas y momentos intensos de esta parte acaban ahogados por una trama demasiado fina en la que dominan las exposiciones de información. Aparte de actualizar un par de personajes más para el Universo Ultimate, Carol Danvers y el Capitán Mahr-Vehl, la miniserie es bastante convencional: el alienígena enviado a la Tierra como espía que acaba traicionando a su pueblo, los extraterrestres xenófobos, los humanos cretinos… Nada que sorprenda no ya a los seguidores de Ellis sino a cualquiera que lea comics de superhéroes o sea aficionado a la CF.

 

No es que sean comics mal escritos, pero tampoco aportan nada novedoso ni particularmente recomendable. De hecho, casi podría prescindirse de este segmento sin perder demasiada información por el camino aparte de un par de detalles sobre Gah Lak Tus que luego se repetirán en la última miniserie y la presentación de Mahr Vehl. El conjunto da la impresión de estar montado sobre la marcha y el dibujo tampoco ayuda, especialmente el cambio, en el tercer episodio, de Steve McNiven a Tom Raney, una de esas promesas de los 90 que nunca llegó a cuajar. Tampoco es que considere a McNiven un gran artista –sus figuras siempre me han parecido de plástico- pero aquí consigue uno de sus trabajos más logrados.

 

Ellis utiliza su experiencia en los “Ultimate Cuatro Fantásticos” –se estaba encargando de su colección- para apoyar la segunda parte de la miniserie, incorporando al cuarteto de forma muy acertada en su interacción con los Ultimates. Ben y Johnny se convierten en “protegidos” de Thor cuando éste los nombra “guerreros” y los invita a cerveza tras la batalla. También interesante es la dinámica entre Reed y Sue, que bromean afectuosamente entre sí pero que también experimentan tensiones propias de una pareja. Aunque obviamente van a estar juntos mucho tiempo, Ellis transmite la sensación de que quizá no sea tan para siempre como en el Universo Marvel. La forma en que Sue detiene en seco las proposiciones “románticas” de Tony Stark es también una buena idea.

 

Año y medio tras su comienzo, el crossover llegaba a su clímax y conclusión en los cinco números de “Ultimate Extinction”, dibujados espectacularmente por Brandon Peterson. Es un final digno de una película blockbuster de acción y ciencia ficción, una especialidad de Warren Ellis, que tiene tantas ideas que puede permitirse diseminarlas de pasada según cuenta la historia; pero también es un remate algo extraño para una historia supuestamente tan épica como esta, ya que el énfasis principal se pone en los científicos tratando de encontrar una solución a la amenaza más que a los superhéroes poderosos de turno enfrentádose físicamente a la misma.

 

El trabajo con los personajes no queda del todo sofocado por la grandiosidad de la historia y encontramos, por ejemplo, a un Reed Richards luchando contra su conciencia o a un Nick Furia completamente seguro de que el fin justifica los medios. El ser Gah Lak Tus es también un concepto interesante muy propio de la CF moderna y que bien podrían haber utilizado los guionistas de la segunda película de los Cuatro Fantásticos en lugar de la pobre versión que acabaron utilizando. Ellis reformula la idea de Kirby de una divinidad cósmica portadora del apocalipsis con un giro Nietzschiano sin perder de vista que lo que tiene entre manos es una historia de superhéroes.

 

La miniserie se desarrolla a dos niveles, uno más apegado a las calles y otro relacionado con los superhéroes de élite que se preparan para la llegada de Gah Lak Tus. Así, se nos presenta a la versión Ultimate de Misty Knight, una antigua policía reconvertida en investigadora privada tras perder su brazo en una explosión y serle reemplazado por uno biónico diseñado por Tony Stark. Durante la investigación de un posible culto que ha secuestrado a la esposa de quien le contrata, descubre que el líder de esa organización es uno de los muchos Silver Surfer (aunque nunca se le llama así en estos comics) enviados a la Tierra por Gah Lak Tus para diseminar la fe en el inminente apocalipsis y socavar la fortaleza psicológica de una porción de los humanos. Un completo giro para el Silver Surfer tradicional. Otro de los Surfer, más adelante, será enviado específicamente por Gah Lak Tus contra el Profesor X después de que éste estableciera contacto telepático con la entidad. Este Surfer tiene un cuerpo maleable como el mercurio y carece de consciencia individual: es una mera prolongación de Gah Lak Tus, lo cual es un acierto dado que, habiendo cambiado ya de bando Mahr Vehl, otro alienígena tránsfuga hubiera resultado reiterativo.

 

(Continúa en la siguiente entrada)

 

 

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