(Viene de la entrada anterior)
En este periodo, la aportación de Lee consistió en su talento para presentar el humor a través del diálogo, su habilidad para introducir elementos amorosos en las historias y el esfuerzo que hizo para que cada personaje se expresara de una forma personal y diferenciada.
Durante décadas, DC Comics había estado fabricando en serie historias de superhéroes carentes de pasión o furia. Como sus guiones eran tan aburridamente plácidos, incluso la más pequeña innovación de Lee parecía un avance radical. De hecho, un nuevo Stan Lee estaba ahora saliendo a la luz. El escritor quemado y decepcionado cuya carrera en los comics llegaba a su fin, había desaparecido. En su lugar surgía “Stan the Man”, renacido de las cenizas de Atlas como un Fénix dispuesto a conquistar el mundo.
Nadie en la historia de la industria había publicitado una línea de comics de forma tan

De repente, salido de ninguna parte, Lee desplegó una habilidad única para conectar con los

A mediados de 1964, Marvel tenía ya tanto éxito que Martin Goodman fue capaz de trasladar


En la página 10, se puede ver al hijo de Gideon sosteniendo un comic de los Cuatro Fantásticos. Ésta será la última referencia a la existencia de un comic book del grupo en el Universo Marvel. De esta forma, las semillas sembradas por primera vez en el nº 2 (en el que se mostraban dos comics editados por Goodman) son finalmente abandonadas. En una ancha viñeta de la página 14 podemos ver a Reed utilizando sus piernas como ruedas para rescatar a Sue del ataque de la Antorcha y la

A pesar del inverosímil arrepentimiento de Gideon al final de la historia, este episodio supone un refrescante cambio respecto a los típicos villanos que solían aparecer en la colección, un cuento moral que ha resistido el paso del tiempo razonablemente bien.

Por suerte, la mediocridad de Diablo queda compensaba por el inesperado y sorprendente cierre de la historia: Sue acepta finalmente la propuesta de matrimonio de Reed tras dejar atrás sus dudas sobre Sub-Mariner. Este era el

Curiosamente, durante los años sesenta, Kirby dibujó a sus personajes femeninos con un aspecto fundamentalmente asexuado. Sí, la Encantadora asgardiana era impresionante, pero la mayoría de las mujeres, como Sue Storm, Jane Foster, Betty Ross e incluso la alocada Janet Van Dyne, se asemejaban más a hermanas mayores que a objetos de deseo carnal. Resulta

En el nº 36 (marzo de 1965) aparece un personaje icónico: Madame Medusa. Los Cuatro

La malvada y exuberante mujer cuyo largo cabello obedecía su voluntad, fue la única mujer Marvel que Kirby dibujó con una clara carga erótica. Era seductora, irresistible y sin cualidades que pudieran redimirla. Ni siquiera su máscara negra podía disminuir el atractivo de su hermoso rostro, un rostro rodeado de una cascada de brillante cabello rojo que sobrepasada sus largas piernas. Rodeada de un aura de autoconfianza y arrogancia aristocrática, si hubiera continuado siendo una villana en lugar de transformarse

Por lo demás, los Cuatro Terribles evolucionarían desde su inicial categoría de patéticos perdedores a dignos e incluso temibles villanos gracias a la atención que les prestó Kirby, mejorando sus gadgets y trajes con el paso de los años.
El número 37 (abril 1965) tiene una posición poco envidiable: justo entre la presentación de

La historia comienza de forma bastante impresionante. Con una pose dinámica de Kirby (¿podía ser de otro modo?), la Antorcha se alza sobre el suelo tras encenderse involuntariamente, incinerando sin querer el smoking que lleva puesto. ¿Un smoking? En el número anterior habíamos visto una legión de excitados paparazzi tratando de sacar fotos de Sue y Reed tras anunciar su compromiso. En este episodio tiene lugar el primer ensayo de la ceremonia. Lee y Kirby estaban preparando lo que iba a ser el Matrimonio del Siglo.
La naturaleza caprichosa de Sue en la Silver Age hacía que los lectores nunca supieran qué esperar de ella: enamorarse de un supervillano, casarse, quedarse embarazada o dejar el grupo durante meses. Era emocionalmente voluble e impredecible y en esta historia se nos ofrece una faceta previamente desconocida de su persona: desea venganza por la muerte de su padre en las manos de los Skrulls ¡y le dice a Reed que quiere atacar su planeta o de otro modo no podrá casarse en paz!
Así que el cuarteto hace un corto viaje hasta el mundo Skrull a través del “subespacio”

A partir de este momento, los Cuatro Fantásticos empezarían a subrayar los aspectos místicos y

Básicamente, esto es lo que sucedió: hacia 1965, la premisa de los Cuatro Fantásticos había quedado bien definida, mucho mejor que la de cualquier otro superhéroe anterior a ellos. La fortaleza de la colección era su coherencia interna, la sensación de construir dentro y fuera de sí un gran universo bien equilibrado. Gracias a su ya larga familiaridad con los personajes, Lee y Kirby estaban preparados para pensar a lo grande, ser más ambiciosos, más grandiosos en sus argumentos. Fue entonces cuando entendieron de verdad las posibilidades inherentes a la colección y no perdieron el tiempo a la hora de explorarlas.
Contando con todos los elementos necesarios, Jack y Stan comenzaron a crear grandes sagas que superaban las expectativas de cualquier fan. Parecía un desfile ininterrumpido de personajes, dibujo y épica, una explosión de creatividad. La única forma de contenerla, de canalizarla, era formar narraciones que abarcaran varios números y en las que pudieran desarrollar ideas más

Un ejemplo perfecto de la transición de los años de consolidación a la época más grandiosa de los Cuatro Fantásticos son los números 38, 39 y 40 (mayo a julio 1965). Por un lado, la diferencia se hace evidente en el entintado de los dibujos de Kirby. El número 38 fue el último de Chic Stone; el 39 está firmado por Frank Ray (en realidad, un seudónimo de Frank Giacoia) y el 40 por Vince Colletta (que continuaría hasta el número 44, cuando Joe Sinnott le sustituyó). Resulta asimismo interesante que estos números formen el comienzo de una línea argumental de cohesión aparentemente vaga pero real y que se prolongaría más allá de esta trilogía. Los números 38-43 forman el primer ciclo de esa gran historia y los 44-47 el segundo.
En el número 38 (mayo 1965), el equipo némesis de los 4F, los Cuatro Terribles, secuestran a la Chica Invisible obligando al resto del equipo a desplazarse hasta una isla desierta para

Ese número 38 señaló un alejamiento de las optimistas historias propias de 1965 centradas en el compromiso matrimonial de Reed y Sue. A partir de ese momento los argumentos parecieron estar más apoyados en Kirby que en Lee y se hicieron más oscuros e inquietantes.
Fue esta la mejor aventura de los doce números que comprendieron la etapa de Chic Stone como entintador de la colección, una aventura bien planificada, una combinación superlativa de arte lleno de energía y buen guión. Stone estaba ya cansado de entintar el trabajo de otros artistas y quería dibujar sus propios comics. Le rogó a Stan que le pasara algún encargo, pero al no conseguirlo, decidió abandonar la compañía.

Daredevil, el justiciero ciego creado por Stan Lee, no había sido un éxito. Bill Everett se había encargado del apartado gráfico en el primer número pero sus problemas para entregar a tiempo hicieron que Lee lo sustituyera inmediatamente por Joe Orlando, quien tampoco fue de su agrado ni del de los lectores. Pero en el nº 5 se incorporó como dibujante el brillante y experimentado Wally Wood. Lo primero que hizo fue una completa reforma del personaje, cambiándole el uniforme por uno rojo sobre el que Wood jugaba con sus famosas sombras. También mejoró el bastón del héroe, convirtiéndolo en un útil instrumento que le

Cuando Kirby dibujó este número, el traje rojo de Daredevil aun estaba por diseñar (o no se había enterado de que lo habían cambiado), por lo que Matt Murdock aún aparece vestido con su viejo uniforme amarillo. Lee hubo de llamar a Wood para que redibujase y entintase a Daredevil en todas las viñetas en las que éste aparecía. Aunque su trabajo en Marvel nunca alcanzó el nivel de calidad de sus antiguos comics de ciencia ficción para la editorial EC, aún conservaba una gran claridad y elegancia narrativas. Sin duda, Wood era el tercer mejor artista, quizá el segundo, de la escudería de Stan Lee, quien utilizó esta aparición en los Cuatro Fantásticos para intentar dar un mayor empuje a la colección de Daredevil.
(Continuará en la siguiente entrada)
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