El número 27 de los Cuatro Fantásticos (junio 64) supuso otro paso en la consolidación del Universo Marvel. Antes de este número, las alucinógenas dimensiones por las que se movía el Dr.Extraño habían sido patrimonio exclusivo de su propio título en “Strange Tales”. Después de esta historia, las esferas del Hechicero Supremo pasaron a formar parte inseparable del Universo Marvel.
En otro desarrollo significativo, tras tres años de indecisión, Sue Storm elige finalmente a Reed

Este fue también el último número con entintado de Georges Roussos. Su etapa, no obstante las flojas historias, no había sido estéril. El regreso de Nick Furia en el número 21 dio como resultado la aparición de SHIELD y la elección que Sue hizo por Reed en el 27 fue el primer paso hacia la boda del siglo. Los números 25 y 26 formaron el primer gran crossover Marvel y una de las historias más enérgicas contadas hasta el momento en el ámbito de los superhéroes. Pero lo cierto es que el entintado de Roussos ya se había hecho inaguantable. La Cosa nunca tuvo un peor aspecto que en este último número.
Afortunadamente, en el nº 28 (julio 1964) Charles Eber Stone, más conocido como Chic Stone, empieza a responsabilizarse de las labores de entintado. Stone fue probablemente el primer entintador de Marvel en extraer todo el poder del dibujo de Kirby. Su

Ya que los Cuatro Fantásticos estaban cosechando un gran éxito gracias a sus conflictos internos y triángulos románticos, y Spiderman cautivaba a sus fans con las aventuras de un adolescente alienado, ¿por qué no combinar ambas premisas en un solo supergrupo? Parecía lógico.
Los X-Men eran mutantes adolescentes que a menudo consideraban sus poderes y habilidades como una angustiosa maldición. Sus aventuras estaban pensadas para subrayar las dificultades y penalidades soportadas por las minorías perseguidas. Sus historias atrajeron a jóvenes lectores que se identificaban con los problemas de esos héroes y su estilo de vida. Como tanto los X-Men como los Cuatro Fantásticos vivían en Nueva York, sólo era cuestión de tiempo que sus caminos se cruzaran.
Y ese encuentro tuvo lugar aquí, en este número. Este tipo de crossover que inauguraron los Cuatro Fantásticos y que iría convirtiéndose en marca de la casa, era algo único. Ninguna otra


Así, el número 29 (agosto 1964), se titulaba “Todo comenzó en Yancy Street” La portada llamaba especialmente la atención, con un arte de Kirby y Stone tan logrado que Lee contuvo su verborrea habitual y la publicó sin los esperados globos de texto sensacionalista. Fue la primera vez. A partir del nº 43, aquellos mensajes entusiastas desaparecieron completamente.
Pero aparte de la portada, poco hay que resaltar en este número. El Fantasma Rojo y sus

El número 30 (sept.1964) tampoco supuso una aportación destacable, más bien lo contrario. Tal y como contó Roy Thomas, Stan y Jack imaginaron la historia, “El Temible Diablo” mientas se hallaban atrapados en un atasco de tráfico. Es una lástima que no se prolongara algo más porque a lo mejor hubieran llegado a un resultado más meritorio. A partir de la página 17, el dibujo empieza a deteriorarse, muchas de las viñetas carecen de fondos y los primeros planos de figuras dominan el espacio. Lee contó que este número hubo de ser escrito y dibujado a toda velocidad. Él y Jack llevaban retraso en sus fechas de entrega y las páginas tenían que estar en la imprenta en tan sólo unos días. Para agilizar las cosas, Kirby tomó prestado el nombre y aspecto del villano de un personaje ya existente que él mismo había creado para “The Double Life of Private Strong: el “Dr.Diablo”.

Aquí tenemos en un buen ejemplo: Fantastic Four Annual nº 2 (verano de 1964), en el que en la historia principal ni siquiera aparecían los Cuatro Fantásticos. “¡El Fantástico Origen del Doctor Muerte!” revelaba a los lectores la herencia gitana del supervillano, sus brillantes logros en las universidades occidentales, el accidente que lo desfiguró y del que culpó a Reed Richards y su retiro a un monasterio en el Tíbet en el que forjó su armadura. El personaje adquiría una cualidad tridimensional y en el siguiente enfrentamiento de los héroes contra este personaje, en ese mismo comic, los lectores tendrían una visión más completa de sus motivaciones.
Cuanto más estudia uno los Cuatro Fantásticos de Lee y Kirby más claro queda que el punto fuerte de ambos consistía en crear héroes nobles y dignos. Tan nobles, de hecho, que a menudo

Los Cuatro Fantásticos de Jack Kirby tuvieron tres adversarios incomparables: Sub-Mariner, el Doctor Muerte y Galactus. Galactus era un arma de doble filo, porque era demasiado poderoso y omnipotente como para resultar convincente como secundario. Lee sabía que cuanto más apareciera, menos efectivo sería como herramienta narrativa. En cuanto a Namor, tan pronto como consiguió su propio título estuvo demasiado ocupado como para cruzarse con los FF. Así, casi por abandono de sus competidores, el Doctor Muerte se convirtió en la némesis del grupo, un villano extraordinariamente difícil de vencer de forma definitiva.

A continuación el Anual ofrecía una serie de ilustraciones a página completa y una reedición del primer encuentro de los 4F con el Doctor Muerte con una nueva historia al final del número. Aquí, en “La Victoria Final del Doctor Muerte”, los elementos que habían sido mencionados en su origen se integraban en el argumento de la historia cuando el villano retira su cara de un espejo y los 4F descubren que su enemigo, como líder de una nación independiente, tiene inmunidad diplomática. Finalmente, Muerte es derrotado no por la fuerza de las armas, sino por su propio ego. No era la forma en la que los villanos solían perder una pelea.
La energía de Kirby era de dimensión volcánica. Llegados a este punto de la colección, sus

La apertura del nº 25, es un ejemplo clásico. La Cosa está literalmente subiéndose por las paredes en un intento desesperado de evitar el último esfuerzo de Reed por devolverle su aspecto humano. El drama y la energía de la escena obliga a pasar la página. De hecho, en muchos casos, la splash page de apertura de Kirby era a menudo mejor que la propia portada, teóricamente encargada de atraer la atención del posible comprador.
No había ya un solo aspecto de la narrativa secuencial que Kirby no dominara. Nada en sus páginas era casual o arbitrario. Cada plancha estaba diseñada de forma inteligente para servir a un propósito narrativo. Manipular el recorrido visual que el lector realiza por la página era algo que Kirby sabía hacer como nadie. Utilizando diseños ingeniosos colocaba las figuras humanas y los fondos en un

Su dibujo impulsaba la acción de página a página con una claridad cinematográfica. Su narrativa era tan buena que no eran necesarios los textos para entender lo que ocurría en la historia. Es cierto que las prisas y la sobrecarga de trabajo le impedían todavía llegar al cúlmen de su arte, pero ese momento no tardaría en llegar y, además, no le impedía evocar una vitalidad natural que compensaba su ocasional descuido en los acabados.
A pesar de la decepcionante presentación de Diablo en el número 30, la nueva etapa marcada por el entintado de Chic Stone consiguió devolver a la colección su rumbo ascendente, tal y como demuestra el nº 31 (octubre 64), “La Loca Amenaza del Macabro Hombre Topo”. La historia comienza con una inyección de adrenalina gracias a la splash page de inicio de Kirby con más dinamismo hasta la fecha: el edificio Baxter sufre un fuerte temblor y nuestros héroes son bamboleados.
En este número, el Hombre Topo regresa junto con los Vengadores para protagonizar un

En el nº 32 (nov. 1964), continúa el drama del episodio anterior, ofreciéndonos un vistazo al pasado de Sue y Johnny: el accidente de coche que mató a su madre y el subsiguiente sentimiento de culpa que arruinó la vida de su padre. El Super-Skrull, visto por última vez en el nº 18, cambia su forma para hacerse pasar por el ya encarcelado doctor Storm y engañar a los FF, haciéndoles creer que ha obtenido poderes por medio de experimentos clandestinos efectuados en la prisión.
En los momentos finales de la historia, el doctor Storm resulta herido de muerte tras salvar las vidas de los FF, arrojando su propio cuerpo sobre una bomba. Gracias al certero diálogo de Stan Lee, nos enteramos que de que Storm ve su sacrificio como una posibilidad de redimirse, una recompensa. Da la bienvenida a una muerte heroica que le salve de una vida arruinada. El tema del autosacrificio para salvar a otro será retomado en el número 51, pero con una aproximación muy diferente.
La separación entre las fases de los primeros años de Marvel (desde sus inicios a la consolidación y de ahí a la gran explosión creativa) no es algo que pueda ser delimitado por un solo comic o un acontecimiento puntual. La transición de una era a la siguiente fue gradual, discurriendo a diferente velocidad en cada serie. Siempre por delante, sin embargo, estuvieron

La primera cosa que se puede comentar de este episodio y que más llama la atención es la portada, en la que se muestra a SubMariner avanzando contra su enemigo Attuma. Pero bajo los rimbombantes textos de Lee en esa cubierta que rezaban “Al lado de Sub-mariner!”, no se hallaban los familiares y brillantes colores de la casa, sino los discretos grises de una fotografía en blanco y negro. De hecho, la portada de este episodio fue el único y más importante uso hasta la fecha de una técnica que había sido originalmente desarrollada a comienzos del siglo XX pero que alcanzó su máxima popularidad en la década de los sesenta.
Aunque el collage hunde sus raíces hace cientos si no miles de años atrás, lo que se entiende por collage moderno o fotomontaje apareció tras la invención de la cámara fotográfica. En el fotomontaje, el arte consiste en una fotografía compuesta por fragmentos recortados y colocados unos junto

En cuanto a Kirby, el uso del collage respondía a sus deseos inconscientes de adherirse al espíritu de los sesenta, reflejando el arte de posters e ilustraciones propios de San Francisco que entonces se utilizaban para publicitar a grupos de rock –que, a su vez, hacían referencia a los personajes Marvel en sus canciones-. La primera vez que Kirby utilizó el collage fue en el FF 29, cuando el Fantasma Rojo pilota sus naves hasta la superficie de la Luna. Animado por el resultado, Kirby retomó la

Según se desprende de las declaraciones del propio Kirby, éste se veía a sí mismo como un pionero en la utilización del collage en el cómic. En realidad, Will Eisner ya los había incluido en sus historias de Spirit en los años cuarenta. Sea como fuere, su utilización por parte de Kirby dio como resultado una breve explosión de su uso por parte de otros artistas de Marvel, especialmente James Steranko, que consiguió integrarlos en su compleja paleta de recursos.
(Continúa en la siguiente entrada)
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