Se ha dicho a menudo que la utilización que hizo Marvel Comics del nombre “Capitán Marvel” fue fruto del mero oportunismo. Habían existido previamente otros dos Capitán Marvel; el más famoso de ellos, creado por C.C.Beck en 1940, que gritaba “¡Shazam!” para transformarse y que fue publicado inicialmente por Fawcett Publications antes de que DC se quedara con él en 1973; y el otro, un androide alienígena editado brevemente por M.F.Enterprises en 1966.
La denominación “Marvel” era demasiado jugosa como para que Martin Goodman,


Ese apresuramiento por asegurarse el nombre “Capitán Marvel” podría explicar el temprano abandono de Stan Lee, quien había aceptado el encargo a

Podría argüirse cínicamente que si realmente el personaje fue creado en esas circunstancias, no puede sorprender que surgieran problemas a la hora de encontrar una dirección para su colección regular. Pero, ¿es justa esa afirmación?
Y es que el Capitán Marvel apareció en un momento, finales de los años sesenta, en el que Marvel estaba ya levantando un edificio cada vez mayor sobre los cimientos que había asentado al comienzo de la década. Su éxito comercial y de crítica

Stan Lee se apoyó para el arranque del personaje en lo que él y Jack Kirby habían narrado en “Los Cuatro Fantásticos” pocos meses antes (nº 64-65, julio-agosto 67). Así, el Capitán Marvel es en realidad Mar-Vell, un militar de la raza alienígena Kree. Éstos habían sufrido un par de derrotas consecutivas a manos del cuarteto (el Centinela y Ronan el Acusador) y para calibrar la verdadera amenaza que suponían los humanos, la autoridad de los Kree, la Inteligencia Suprema, envía a Mar-Vell en misión de espionaje a la Tierra. Los Kree distan de ser pacíficos. Su imperio intergaláctico es agresivamente expansionista y las conclusiones que extraigan de sus investigaciones podrían tener nefastas consecuencias para nuestro planeta.
Así que, mientras su nave se mantiene oculta y en órbita, Mar-Vell llega solo para infiltrarse en

Así que ahora Mar-Vell se encuentra atrapado en un juego de múltiples identidades y lealtades, cada una con un propósito diferente: un espía kree disfrazado de científico humano que es secretamente un superhéroe admirado por los mismos terrícolas que tiene que traicionar. Son un montón de bolas en el aire que requieren de un guionista competente para que no caigan al suelo. Pero también esa liosa situación hizo de Mar-Vell un personaje muy poco ortodoxo en los comics de aquella época, una especie de anti-héroe; o al menos, un héroe cuyos motivos y agenda no estaban en absoluto claros. Como había hecho ya con Silver Surfer, Lee diluyó la esencia alienígena del personaje para que

Adicionalmente, intervienen en las historias dos estratos de personajes secundarios que aportan sus propias complicaciones al personaje. Por una parte, están los humanos de la base militar, que en cualquier momento pueden averiguar la mascarada de Mar-Vell. La que más problemas le da es la jefa de seguridad, Carol Danvers (una función sorprendente y muy progresista para una mujer en un comic de los 60. Carol más adelante se convertiría en Ms.Marvel, otra superheroína y Vengadora). Por otro lado, se encuentran dos Kree de la nave nodriza: Una, la oficial médico y amante de Mar-Vell; y el malvado comandante Yon-Rogg, que odia al protagonista y desea a Una.
Esta somera exposición puede servir para comprender que se trataba de un comic más

Además, en esos casos siempre está presente el peligro de que cuanto más específica sea la premisa de una serie regular, más problemático resulta desarrollarla por cuanto ello requiere necesariamente un cambio en el estatus quo. Probablemente por eso, a pesar de haber presentado unas subtramas ambiciosas y complejas, los siguientes números se limitaron a narrar historias tópicas de interminables peleas entre Mar-Vell y diversos enemigos forzudos (el Centinela, el Super-Skrull y Namor) sin profundizar ni avanzar en ninguna de aquéllas. Tampoco los personajes gozan de demasiada profundidad. Sabemos que Mar-Vell y Una se aman porque lo repiten continuamente pero no porque veamos una relación convincente entre ambos. Y Yon-Rogg no se molesta lo más mínimo en disimular lo villano que es actuando de forma absolutamente inverosímil: si ama a

En el número 5 (septiembre 68), Roy Thomas es sustituido por Arnold Drake, un profesional importado de la DC cuyo trabajo allí en “La Patrulla Condenada” parecía demostrar que había comprendido el espíritu Marvel mejor que muchos de sus colegas en esa casa (aunque, irónicamente, su recorrido en la propia Marvel fue muy corto). Aunque hay una cierta mejora en la calidad de los guiones y las tramas se complican algo más introduciendo algunas variaciones respecto a la fórmula tradicional, está claro que tampoco él sabía qué hacer con el personaje. Creó, eso sí, una tensión romántica entre Mar-Vell y Carol Danvers, con lo cual aquél pasaba a estar

Tanto el “Marvel Super-Héroes” 12 como los cuatro primeros números de la colección regular cuentan con arte de Gene Colan, uno de los grandes del comic. Sin embargo, sus páginas aquí distan mucho de contarse entre sus trabajos más destacados, ya fuera porque aún estaba formándose como artista, porque no le interesaba demasiado el material (“era horrible”, admitió, “una imitación de cualquiera de los otros personajes disfrazados que había hecho”) o bien porque ninguno de los entintadores que le asignaron (Frank Giacoia, Paul Reinman, Vince Colletta) comprendían sus lápices. Dado que Colan fue un artista que tendió a permanecer en las colecciones que le gustaban durante años (“Daredevil”, “La Tumba de Drácula”, “Doctor Extraño”) el hecho de que abandonara al cabo

Cuando el Capitán Marvel hizo su debut, Myron Fass (the M.F.Enterprises, que había publicado, como he dicho, otro personaje con ese mismo nombre) puso una demanda por incumplimiento de copyright, pero no llegó a ninguna parte. Martin Goodman le ofreció unos irrisorios 4.500 dólares para zanjar la disputa y aquél aceptó, desapareciendo del radar para siempre. Tampoco volvió a saberse del estudio de animación que supuestamente inició el proyecto.
Puede destacarse por último lo mucho que estos episodios tempranos de “Capitán Marvel” influyeron en el Universo Marvel. Los Kree ya se habían presentado unos meses antes en “Los Cuatro Fantásticos” pero probablemente fueron estos números los que los definieron a su imperio y establecieron su amarga rivalidad con otra

Estos episodios iniciales de Capitán Marvel son sólo recomendables para rendidos fans marvelitas. Aunque no son lo peor que publicó la editorial por aquellos años, carecen del ingenio, el pulso y la brillantez de otros comics de superhéroes contemporáneos, tanto en la caracterización del protagonista y los secundarios como el carisma de los villanos o la energía de sus tramas. Visto desde otro punto de vista, las ideas que pugnaban por salir de esos torpes argumentos eran muy ambiciosas. Dado el gusto de los autores y lectores modernos por revisitar viejos comics y personajes, sería interesante ver qué podrían hacer hoy con ellas un buen equipo creativo.
Hola ¿De dónde sacas tú tanto material?
ResponderEliminarSaludos desde Brasil
Jaja, la experiencia y muchos años acumulando enciclopedias...
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