(Viene de la entrada anterior)
Como ya vimos, la saga de “Él” supuso un punto de inflexión en la colección de los Cuatro Fantásticos. A partir de ese momento, la serie rebajaría su ambición en cuanto a complejidad, innovación y deseo de llegar un público más sofisticado. El disgusto que a Kirby le causaron los cambios que Lee efectuó sobre su historia en aquel arco argumental, le llevaron a decantarse por un trabajo de mínimos. Las tramas se simplificaron al máximo para que Lee no encontrara motivos para exigir redibujar escenas o integrar diálogos que cambiaran el propósito original del argumento.
En el número 68 (noviembre 1967) comienza una historia en cuatro entregas que se parece

A pesar de poca originalidad del argumento, no hay todavía una atrofia evidente en el dibujo. La sinergia alcanzada por Kirby y Sinnott sigue tan explosiva como siempre y en los dos años siguientes, “Los Cuatro Fantásticos” iría mejorando gráficamente cada vez más. Esta exasperante dicotomía entre un arte brillante y unas historias progresivamente más convencionales, sería lo que dominaría la última fase de la colaboración Lee-Kirby.

En el número 70 (enero 1968), la Cosa sigue rabiosa y Reed derrota en duelo singular al Pensador Loco; pero este, jugando una baza oculta, llama desde el calabozo a un indestructible androide fabricado por él para que lo rescate. Este artefacto humanoide sin rostro que se presentaba ya en la portada, no era ni mucho menos tan hipnótico como Klaw o Blastaar. En los diez meses que siguieron, los aficionados no tuvieron más remedio que resignarse a pasar página tras página de siniestros androides superpoderosos peleando contra los cuatro héroes en una monotonía indigna de la

La portada del número 71 (febrero de 1968) ya dejaba bien claro que de lo que se trataba en ese comic era de la “chispeante acción” (“Sizzling Big Action Issue!”, a decir de Lee): una composición bastante desganada de los cuatro héroes combatiendo individualmente contra el androide del Pensador Loco. Poco argumento, ningún desarrollo personal de los protagonistas, ausencia de diálogos memorables… tan sólo acción a raudales.

Ya he mencionado la negativa de Kirby a aportar ideas nuevas a consecuencia de los cambios que Stan Lee había forzado en el número 66. Pero no fue esa la única razón. A finales de los sesenta, Martin Goodman ordenó a Lee que se centrara en un público más joven, simplificando las historias a base de introducir más acción y combates. Cuando las ventas del “Silver Surfer” de Lee y Buscema, un tebeo más sofisticado y ambicioso desde el punto de vista conceptual, empezaron a mostrar un claro declive, Goodman ordenó a Lee cambiar el enfoque del título, eliminando reflexiones filosóficas y añadiendo más acción y peleas.
Por otro lado, Stan Lee estaba abarcando demasiado. Marvel se hallaba en plena expansión gracias a su sobresaliente labor editorial y de relaciones públicas. La distribuidora Independent News permitió por fin a Goodman incluir más títulos en su catálogo y en enero de 1966, el


Por tanto, Martin Goodman quería más superhéroes, y los quería ya. Pero su competidor Liebowitz no era fácil de convencer. Poco a poco y con bastantes prevenciones, Independent News permitió a Marvel expandir su catálogo siempre y cuando se ajustara a ciertas condiciones. De esta forma, en 1966, la editorial pudo poner en circulación cuatro nuevos títulos siempre y cuando se comercializaran en el formato –menos rentable- de 25 céntimos. Así aparecieron “Fantasy Masterpieces” (febrero 1966), reeditando las aventuras de los años cuarenta del Capitán América dibujadas por Jack Kirby. A continuación, “Marvel Collector´s Item Classics” (abril 1966), con reediciones de Cuatro Fantásticos, Hulk, Iron Man y Dr.Extraño. Tres meses más tarde debutaría “Marvel Tales” (julio 1966) con reediciones de Spiderman, Thor, la Antorcha Humana y el Hombre Hormiga. Con el fin de apoyar el estreno de una serie televisiva de animación titulada “Marvel Super Heroes”, producida por Gantray-Lawrence, Goodman le ordenó a Stan Lee

Después, Goodman arrancó de Liebowitz otro compromiso: podría expandirse aún más, siempre y cuando ninguno de sus nuevos títulos estuviera protagonizado por superhéroes. El resultado fueron “El Jinete Fantasma” (febrero 1967) y “Not Brand Echh” (agosto 1967). Ambos eran comics dirigidos a los mismos lectores que consumían superhéroes, si bien estrictamente hablando sus temáticas eran el western y el humor. A ellos les siguió un olvidable spin-off del Sargento Furia titulado “Captain Savage and His Leatherneck Raiders” (enero 1968).
Jack Liebowitz temía que cualquier título nuevo de Marvel medrara a expensas de los de DC. Pero para 1968, finalmente accedió a dejar que Goodman publicara 24 comics mensuales, incluyendo más títulos de superhéroes. En ese momento, colecciones hasta ese momento “dobles” (“Tales to Astonish”, “Tales of Suspense” y “Strange Tales”), se dividieron. Primero llegó “The Incredible Hulk” y “Capitán América” (abril 1968),

“The Spectacular Spider-Man” (julio 1968) fue una revista de 35 céntimos en blanco y negro editada con la esperanza de entrar en el mercado adulto. Su segundo (y último) número, se editó en color. Las pobres ventas de esta colección demostraron que el mundo no estaba preparado todavía para un proyecto tan ambicioso. Otro quebradero de cabeza para Stan Lee, que consumió su tiempo y energía, fue el ya mencionado “The Silver Surfer” (agosto 1968). Tras dieciocho números, Lee y Buscema dejaron que Norrin Radd surfeara hacia el olvido.
Goodman había tratado de vender su compañía desde 1966, y sabía que unas cifras de ventas abultadas, incluso aunque fuera a corto plazo, podrían reportarle un mayor beneficio en la posible transacción. Toda esta expansión y reestructuración de títulos obligó a Stan Lee a coordinar artistas y entintadores a una escala cada vez mayor así como a contratar nuevos profesionales. Tampoco ayudó que Kirby dejara de abocetar para otros títulos, ya que las tarifas por página no le compensaban el tiempo y esfuerzo invertidos en ellas. Lee siempre

Una inercia que, como apuntaba, empezaba también a afectar a Kirby. En el nº 71 la aventura se abría con una espectacular viñeta-rostro de Sue gritando angustiada al pensar que Ben había matado a Reed y Johnny. Hubo una razón por la que Kirby decidió comenzar la historia con este primer plano extremo. El número fue dibujado poco después de que Marvel cambiara los tamaños base de sus páginas. Los nuevos, más reducidos, tuvieron el efecto sobre Kirby de dibujar todo más grande, especialmente las cabezas y las figuras humanas. Empezó entonces a abusar de páginas con rejillas de cuatro viñetas dominadas por cuerpos. Kirby nunca se sintió cómodo con este cambio pero, como había hecho durante toda su ya larga carrera profesional, se adaptó, haciendo que sus escenas de acción resultaran más atrevidas al tiempo que su creatividad se empobrecía.
(Continúa en la siguiente entrada)
Teoría: Los Cuatro Fantásticos en realidad se llaman simplemente Los Cuatro. Explicación: Todos los personajes de los cómics Marvel lucían en su origen un adjetivo que precedía a su nombre. Tenemos así The Amazing Spiderman, The Mighty Thor, The Incredible Hulk, The Astonishing X-Men, The Invincible Iron Man... Tenemos hasta los Howling Commandos, ergo...
ResponderEliminargenial
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