16 jun 2024

LOS VENGADORES EN LOS AÑOS 60 (23)


(Viene de la entrada anterior)

 

En el nº 57, la Visión, creada por Ultrón, había tratado de eliminar a los Vengadores solo para terminar obedeciendo sus propios instintos y, a la postre, volverse contra su creador y destruirlo. Thomas y Buscema habían creado un personaje carismático y lleno de posibilidades para luego dejarlo sin propósito vital. ¿Qué podían hacer con él a continuación?

 

Desde hacía tiempo, Thomas era consciente de que los Vengadores distaban de estar a la altura de su eslogan (“Los Héroes más Poderosos del Mundo”). Stan Lee seguía sin dar su brazo a torcer en cuanto al regreso de Thor, Iron Man y el Capitán América, así que la alineación oficial constaba de segundones en términos de poder: Goliath, la Avispa, Ojo de Halcón y Pantera Negra. Como ya vimos, Thomas recibió autorización de Lee para añadir un nuevo miembro, con la única directriz de que fuera un androide. Y así lo hizo el guionista, aportando al equipo de esta forma no sólo sus poderes sino toda una serie de interesantes interacciones con el resto de miembros.

 

Siempre que veía la oportunidad, Thomas trataba de recuperar a uno o todos los miembros originales, aunque solo fuera brevemente. Es el caso de la portada del nº 58 (noviembre 68), que ya dejaba claro que en su interior aguardaba algo especial que requería de la reunión de todos los Vengadores. Aunque no es la portada más lograda de Buscema, no puede discutirse que ver a todos esos superheroes juntos constituía un gancho muy efectivo para llamar la atención del lector.

 

Lo mismo puede decirse de la excelente página-viñeta de apertura, que demuestra que John Buscema y George Klein estaban en lo más alto de sus carreras. Como ya habían hecho en el nº 56, incorporan el título de la historia, “¡Hasta un Androide Puede Llorar!” a la escena –sin cuadros de texto- que muestra a Pantera Negra deslizándose por el muro de la Mansión de los Vengadores en plena noche.

 

Inmediatamente, en la página dos, encontramos otra gran viñeta que muestra a todos los Vengadores, pasados y presentes, esperándole. ¿El motivo? Decidir la admisión como miembro de la Visión.

 

Para esta ocasión especial, Thomas recuperó la tradición de la presidencia rotatoria, siendo esta vez el turno de Thor aun cuando, como sucede con el Capitán América e Iron Man, ya no esté en activo. Lee la convocatoria para todos los que alguna vez han sido miembros, lo que da ocasión a Thomas y Buscema de encajar otra página-viñeta que muestra a todos los que alguna vez han formado parte de los Vengadores en ese punto, incluyendo dos a los que se les ofreció tal honor: Spiderman (en “Amazing Spider-Man Annual nº 3), que lo rechazó, y la Viuda Negra, que abandonó la vida de superheroina en el nº 45 antes de haber recibido la oferta de incorporarse oficialmente al grupo. Desde entonces, recuperó su disfraz e identidad pero para realizar tareas de espionaje para SHIELD.

 

Ya puestos, el Hombre Maravilla bien podría haber estado también en la escena dado que se consideró su membresía antes de morir heroicamente. No es el caso del Caballero Negro, que, por el momento, no ha pasado de ser un aliado ocasional (en los nº 48, 54-55).

 

Dado que los tres miembros en excedencia no han conocido a la Visión, el Capitán fuerza una situación de enfrentamiento para que demuestre sus habilidades, básicamente su control sobre la densidad del cuerpo, lo que le otorga desde intangibilidad a una gran fuerza (aunque no el vuelo ni el rayo termoóptico). El recién llegado repele el ataque del Capitán e Iron Man, aunque sus posibilidades contra Thor parecen menos claras (Goliath detiene al asgardiano antes de que lleve las cosas demasiado lejos).

 

Y hablando de Thor, merece la pena fijarse en la representación que de él ofrece Buscema. Aunque sin duda sigue el esquema visual diseñado originalmente por Jack Kirby, es también distintiva y personal; mucho más, de hecho, que la forma en que lo abordaría un par de años después cuando se encargara de suceder a Kirby como dibujante regular de la colección de Thor, pasando a ceñirse más fielmente a la versión de aquél. Podemos imaginar que Buscema ajustó su estilo para garantizar la continuidad visual de la colección, pero hubiera sido más interesante ver su propia interpretación del personaje, tal y como lo vemos en estas páginas.

 

En cualquier caso y volviendo a la historia que nos ocupa, Thor cierra la obligatoria secuencia de acción del comienzo (ineludible en todos los comics Marvel de los 60) declarando: “¡No hace falta prolongar la batalla!”. Habiendo dejado claro que el poder de Visión le amerita para formar parte de los Vengadores, falta solo averiguar más sobre su pasado.

 

Sin embargo, lo único que Visión puede recordar es que Ultrón 5 afirmó haberlo creado y luego lo envió a destruir a los Vengadores. Goliath, por su parte, recuerda haber trabajado en un ser parecido a Visión, un sintozoide (androide con órganos sintéticos) alimentado por energía solar, pero no qué es lo que hizo con él. Así que Thor utiliza su martillo para transportar al grupo al laboratorio ahora abandonado que Hank tenia en las afueras (y que resultó destruido tras su batalla contra el Hombre Dragón, en el nº 42).

 

Allí, Hank utiliza un aparato para estimular su memoria y recuerda haber reconstruido el laboratorio. Pero un robot muy tosco que había fabricado y que ahora era autoconsciente, lo tomó por su padre y trató de matarlo para conseguir su independencia. Sin embargo, creyendo de esa forma ser más cruel, lo hipnotizó para que olvidara ese encuentro, marchándose a continuación para seguir evolucionando. Los Vengadores se dan cuenta de que ese robot era el Ultrón original, que desde entonces debió reconstruirse a sí mismo varias veces hasta llegar a la versión Ultrón-5, que utilizó el sintozoide experimental de Pym para crear a la Visión.

 

Probablemente, este sea un lugar tan bueno como cualquier otro para hacer una pausa y explorar el origen de Ultrón en el mundo real. Por supuesto, a mediados de los 60, los robots malvados eran (y lo siguen siendo) un concepto muy bien asentado dentro de la ciencia ficción. Pero la fuente de esta iteración en particular parece encontrarse en las páginas de un comic de 1951 que Roy Thomas había leído hacía algún tiempo: “¡El Antagonista Indestructible!”, en “Captain Video” nº 3. Esa historia, escrita por George Evans, presentaba la primera (y única) aparición de Makino, un robot creado por un científico, el doctor Seminik, que se volvió contra su creador y lo mató. Luego, afirmando "tener todos los derechos y la fuerza del hombre y ninguna de sus debilidades”, emprendía una cruzada contra todos los demás científicos importantes de la Tierra, antes de caer derrotado por el héroe titular del cómic. Thomas recordaría que, probablemente, le envió a John Buscema una copia de aquella historia como referencia y, a juzgar por la similitud en la apariencia de los dos robots, parece lo más probable.

 

Obviamente, Thomas tomó de esta historia la idea básica de un cerebro mecánico malévolo que traiciona a su creador, pero luego agregó un ingrediente novedoso y vital: que ese creador sea uno de los héroes de la historia. Esa innovación y sus implicaciones edípicas servirían como base para muchísimas historias de los Vengadores en los años y décadas por venir. Algo con lo que, seguro, Thomas ya contaba dado que trajo de vuelta a Ultrón relativamente pronto (en el nº 66, julio 69) a pesar de haberlo eliminado de forma aparentemente irreparable en el nº 57. Como pronto descubrirían los fans de los Vengadores –y, muchas décadas después, quienes descubrieron al grupo en el cine-, es dificil acabar con una inteligencia artificial si solo se destruye su carcasa física.

 

Los Vengadores también echan a faltar un registro de las pautas cerebrales del Hombre Maravilla. Éste, cuyo verdadero nombre era Simon Williams, había tenido una breve experiencia junto a los Vengadores muy similar a la de la Visión allá por el nº 9. Unos villanos le otorgaron poderes (Zemo, la Encantadora y el Verdugo) a cambio de que destruyera al grupo de superheroes solo para su peon que tomara conciencia de la nobleza de éstos y se volviera contra sus amos. Al término de aquella aventura, sin embargo, murió. Es ahora cuando obtenemos confirmación de que su cuerpo fue conservado y sus pautas cerebrales (que, a estos efectos, viene a equivaler a su personalidad) grabadas y almacenadas en los ordenadores de Pym. (El relato de este antiguo episodio lo hace Iron Man, si bien incurriendo en incoherencias, ya que los Vengadores nunca llegaron a averiguar quién le había dado sus poderes a Williams).

 

Los Vengadores deducen que Ultrón le dio a la Visión las pautas cerebrales del Hombre Maravilla. Tal circunstancia acabará atrayendo sobre el androide la atención del hermano de Simon Williams, el Segador, que en el nº 102 (agosto 72), le ofrecerá ocupar el cuerpo preservado del Hombre Maravilla. La conexión entre Visión y el Hombre Maravilla servirá de base para muchas historias en el futuro, pero el origen del sintozoide aún reservará más sorpresas. En el “Giant-Size Avengers” nº 3 (1975) se descubrirá que su cuerpo es el de la Antorcha Humana original (olvidando torpemente que ya se había determinado que estaba basado en un sintozoide desarrollado por Hank Pym).

 

Visión se muestra inseguro respecto a su naturaleza: “(Mi cerebro) no es en realidad un cerebro…¡sino un laberinto de circuitos impresos… una mente muerta! Me pregunto si es posible ser… “básicamente humano”. Pero sus recientes aliados no albergan tales dudas y, de vuelta en la Mansión, los Vengadores en pleno y por unanimidad aceptan a la Visión como miembro activo junto a Pantera Negra, Goliath, Ojo de Halcón y la Avispa. “¿Es un hombre menos humano por tener una pierna artificial…o un corazón transplantado? ¡Los cinco Vengadores originales incluían a un inmortal asgardiano y a un atormentado coloso de piel verde. Nos interesa la valía de un hombre, no su condición, sea cual sea”, asegura Goliath, recordando al lector los valores que defendían todos los tebeos Marvel.

 

Mientras Visión sale de la habitación, aparentemente sin reaccionar al anuncio de su incorporación al grupo, Iron Man dice: “Es curioso… Por un segundo, creí percibir un atisbo de sentimiento. Pero su voz es tan indescriptiblemente fría…”. A lo que Pym contesta: “¡No puede evitarlo, Vengador! ¡Pero si ahora vieras sus ojos, seguro que descubrirías… que hasta un androide puede llorar!” La última plancha del comic, una página-viñeta icónica en la historia de los Vengadores, muestra al engañosamente hierático Visión derramando a solas una sola lágrima. La larga saga de Visión, un ser artificial que siempre estará preguntándose si es o puede llegar a ser completamente humano, acaba de comenzar.

 

Este episodio confirma la excelente racha que estaban encabezando Roy Thomas y John Buscema. Para empezar, porque es el primer número de los Vengadores, y posiblemente de todo el Universo Marvel, en no contar con la intervención de ningún villano (excepto en flashbacks); nos ofrece la presentación de un personaje carismático que inmediatamente se iba a convertir en uno de los más populares del grupo; y una combinación de acción, drama e incluso emoción apoyada por un trabajo artístico fabuloso de Buscema, quien demuestra su talento dibujando a una amplia variedad de personajes, ninguno de los cuales parece permanecer quieto. El constante dinamismo era una de las características del estilo de Buscema, quien, además, era especialmente hábil para reflejar las emociones de los personajes no solo a través de sus facciones sino, y esto es más interesante, sus manos.

 

Para terminar este comentario y tal y como dije en la anterior entrada, aprovecho aquí para contar algo más sobre ese polémico parecido entre la Visión y otro personaje de DC, Tornado Rojo, miembro de la Liga de la Justicia de América.

 

Esa coincidencia está considerada como una de las tres principales ocasiones en las que ambas editoriales presentaron personajes muy similares basados en conceptos parecidos y casi al mismo tiempo (las otras fueron, naturalmente, la aparición casi simultánea de la Patrulla Condenada y los X Men –dos equipos de marginados liderados por un profesor en silla de ruedas-, en 1963; y La Cosa del Pantano y el Hombre-Cosa –científicos violentamente transformados en monstruos vegetales- en 1971). Tan parecidos, de hecho, que muchos encuentran difícil de creer que una o las dos editoriales ignoraran lo que la otra estaba haciendo. Generaciones de aficionados han especulado sobre si el equipo creativo de una compañía podría haber “soplado” información al de la competencia; o unos copiado de los otros aprovechando alguna filtración…

 

Los paralelismos entre estos robóticos personajes son los siguientes: son androides que aspiran a a la humanidad y a ser aceptados por los humanos; son actualizaciones de personajes que originalmente aparecieron en los años 40; creados por villanos que pretendían utilizarlos como arma contra un equipo de superheroes y que, tras volverse contra sus amos, son invitados a unirse a las filas de los grupos en cuestión; y ambos tienen piel roja y llevan capas.

 

Parecen muchas coincidencias. Y, además, llamativas. ¿Son demasiadas para ser coincidencia? No. Las coincidencias existen. Estadísticamente tienen que darse, independientemente de lo contraintuitiva que parezca su aleatoriedad. Dicho eso, vamos a examinar esos parecidos y tratar de imaginar de dónde pudieron sus autores haber sacado las respectivas ideas.

 

En primer lugar y para aclarar la cuestión más obvia, esto es, si los creadores del comic que llegó en segundo lugar pudieron haber cogido las ideas del que salió antes tras comprarlo y leerlo, la respuesta es no. “Justice League of America” nº 64, donde debutó Tornado Rojo, salió a la venta el 13 de junio de 1968, mientras que el 65, que revelaba su origen y auténtica naturaleza, apareció el 25 de julio. “Vengadores” nº 57, por su parte, se pubicó el 8 de agosto de 1968; y el 58, con el origen de Visión, el 10 de septiembre. Si tenemos en cuenta que producir un comic lleva meses (en el proceso que comprende escritura, dibujo, entintado, rotulación, coloreado, impresión y distribución), no hay forma de que Roy Thomas (o Stan Lee o cualquier otra persona de Marvel) pudiera haber cogido el ultimo número de la JLA y pensado: “Oye, DC acaba de recuperar a un olvidado héroe de la Edad de Oro y reconvertido en androide. ¡Vamos a hacer lo mismo!”.

 

¿Y en cuanto a la posibilidad de que la información se filtrara o compartiera deliberadamente antes de su publicación? Es cierto que el mundillo editorial del comic tenia unas dimensiones relativamente pequeñas en 1968. Estaba centrado en la ciudad de Nueva York y sus alrededores; y muchos de los escritores, editores y artistas se conocían. En particular, Roy Thomas mantuvo una larga relación de correspondencia con el entonces guionista de la JLA, Gardner Fox, que se remontaba a los días de aquél como ferviente aficionado antes de convertirse en profesional. Pero hay escasas evidencias de que alguno de los creativos involucrados en la JLA y los Vengadores mantuvieran una relación social mínimamente cercana en aquella época.

 

Entonces, ¿por qué tanto el editor de los Vengadores, Stan Lee (quien fue, ya lo dije, el que exigió que el nuevo Vengador fuera un androide), como el equipo tras la historia de la JLA, formado por el guionista Gardner Fox y el editor Julius Schwartz, decidieron casi simultáneamente, en la primavera de 1968, presentar un superhéroe androide? En este punto hay que recordar que uno de los primeros superhéroes de Marvel, la Antorcha Humana, fue un androide, personaje que había estado presente con regularidad en los quioscos gracias a las reimpresiones de números antiguos. Pero dado que la Antorcha original se comportó siempre como un humano (excepto por las llamas y su poder de volar), es dudoso que Schwartz o Fox se inspiraran en su ejemplo… aunque sí podría haber influido en Stan Lee.

 

Pero para situar la cuestión en términos más amplios, hay que retroceder un poco y recordar que la figura del androide, como la del robot malvado, había sido un tópico de la ciencia ficción en todos los formatos (literario, audiovisual, gráfico) desde comienzos del siglo XX, habiéndose consolidado también como un arquetipo en la cultura popular. Y hay uno de ellos en concreto que fue muy influyente y que, de hecho, antecedió en muchos aspectos tanto a Visión como a Tornado Rojo en cuanto a su naturaleza de criatura mecánica que sólo quiere vivir y ser tratado como humano: Adam Link.

 

Adam Link fue creado por el escritor y guionista Otto Binder (utilizando el seudónimo Eando Binder, que compartía con su hermano Earl) para el cuento “Yo, Robot”. Esta historia –que generaría varias secuelas- apareció en el número de enero de 1939 de la revista pulp especializada en CF “Amazing Stories”. Las peripecias de Adam Link tuvieron una reedición en rústica en 1965 y, un año antes, dos de sus historias fueron adaptadas para un episodio de la popular serie de televisión “Rumbo a lo Desconocido” (1963-65). Y quizá aún más importante para nuestro caso, varios de esos cuentos habían sido llevados al comic no una, sino dos veces –y ambas por el artista Joe Orlando-: la primera en la revista “Weird Science-Fantasy”, de EC Comics, en 1955; y la segunda, para “Creepy”, de la editorial Warren, en varios números publicados de enero de 1965 a marzo de 1967.

 

Por lo tanto, no resulta nada difícil imaginar que los guionistas y editores involucrados en la producción de “Los Vengadores” y la “Liga de la Justicia” a mediados de 1968, estuvieran familiarizados con Adam Link además de con otros androides de ficción. De hecho, el propio Roy Thomas citó las historias de Adam Link como una de sus influencias a la hora de crear a Visión. Y en cuanto a Julius Schwartz y Gardner Fox, ambos trabajaron en el mundo de la ciencia ficción pulp en los años 30 y 40, antes de decantarse por los comics, así que es más que probable que conocieran “Yo, Robot”. Esto no significa que conscientemente decidieran tomarlo como modelo, pero tampoco que necesitaran “ayuda” de Stan Lee o Roy Thomas para concebir la idea de un nuevo superhéroe androide, cuya inteligencia, emociones y aspiraciones pudieran proporcionar un terreno fértil para la exploración de lo que significa ser humano.

 

Vamos ahora con la conexión de ambos personajes con la Edad de Oro.

 

Ya hemos mencionado la pasión que sentía Thomas por los antiguos personajes de cómic, pero también debió existir otra motivación para querer satisfacer la directivo de Stan Lee de añadir un nuevo Vengador recurriendo a un héroe antiguo en lugar de crear uno nuevo. Thomas confesó más tarde su renuencia en los años 60 y 70 a crear personajes nuevos para Marvel, ya que no tendría derechos sobre ellos ni se beneficiaría del dinero que pudieran generar en el futuro de alcanzar una gran popularidad. Esa era una de las razones por la que tantos guionistas recurrieron por entonces a la reformulación de personajes ya existentes. Dentro de los Vengadores encontramos, por ejemplo, al propio Capitán América, pero también al Caballero Negro.

 

En cuanto a DC, la renovación de viejos superheroes había sido la base sobre la que Julius Schwartz inició la Edad de Plata. Pero para delimitar un poco el discurso, nos centraremos en los team-ups entre la Liga de la Justicia y la Sociedad de la Justicia que solían tener lugar cada verano y en cuya sexta entrega debutó Tornado Rojo. Obviamente, estas historias eran, por definición, un escaparate para los héroes de la Edad de Oro. Pero, además, un elemento tradicional de esas colaboraciones entre grupos (al menos en sus primeros años) fue la reintroducción de, al menos, un miembro de la JSA que no se había visto desde los años 40.

 

En el primero de estos team-ups, publicado en 1963, volvieron al servicio activo el Doctor Fate y Hourman; luego, en 1964, se recuperó a Starman, seguido de Mr. Terrific en 1965; y Sandman en 1966. En 1967, sin embargo, casi todos los héroes que habían aparecido en “All-Star Comics” (la cabecera que albergaba las aventuras de la Sociedad de la Justicia en los años 40) ya habían resucitado, lo que llevó a Schwartz y Fox a traer de vuelta la versión de la Edad de Oro de Robin, ahora ya adulto. Finalmente, en 1968, se vieron obligados a "revivir" al Tornado Rojo original, un personaje paródico que había aparecido en algunas viñetas de la aventura inaugural de la JSA, pero que nunca había llegado a ser miembro oficial del equipo.

 

Habiendo aclarado los puntos relacionados con la figura del androide y la conexión con la Edad de Oro, hay que abordar los paralelismos argumentales: ambos, Visión y Tornado Rojo, fueron, como he dicho, creaciones de un villano enviados para matar a los miembros de un equipo de superheroes al que posteriormente se incorporan. La historia de la JLA es, básicamente, una version del mito del Caballo de Troya, así que no puede decirse que sea algo muy original. Por otra parte, lo que ocurre en Los Vengadores tiene poco que ver con eso puesto que la Visión en ningún momento trata de infiltrarse en el grupo y opta desde el principio por una estrategia de choque frontal.

 

Quedaría el tema del color de la piel. En el caso de Tornado Rojo, el nombre del personaje ya lo deja claro. En cuanto a Visión, la piel azul y verde ya habían sido cogidas (por los Kree, los Skrulls, Hulk, por ejemplo), así que Thomas optó por el rojo a pesar de las objeciones de Stan Lee, que opinaba que a nadie le gustaría un personaje así porque parecería un payaso. Y en cuanto a la capa, teniendo en cuenta que se trataba de una pieza de vestuario frecuente en la comunidad superheroica desde la aparición de Superman y Batman en 1939, no creo que pueda presentarse como prueba de plagio.

 

Como vemos, hay motivos más que suficientes para explicar la aparición casi simultánea de ambos personajes sin recurrir a teorías conspirativas ni acusaciones de plagio. Y, en cualquier caso, ¿por qué alguien querría quejarse a estas alturas de la creación de Visión, un personaje que tanto y tan buen juego ha dado a los guionistas de Marvel?

 

(Continúa en la siguiente entrada)

 


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