27 jun 2021

1993- BATMAN: LOCURA – Jeph Loeb y Tim Sale

 


En noviembre de 1989, cabalgando sobre la ola que levantó la película de Batman dirigida por Tim Burton y en la estela del “Batman: AñoUno” (1987) de Frank Miller y David Mazzuchelli, aparece una nueva colección del superhéroe de Gotham: “Legends of the Dark Knight”. Su factor diferencial respecto a las otras series era el estar compuesta de miniseries a cargo de distintos equipos creativos y el quedar al margen de la continuidad en marcha de los otros comics de Batman. De hecho, la mayor parte de esas historias transcurrían en los primeros años como justiciero del personaje.

 

En sus casi veinte años de vida, “Legends of the Dark Knight”, además de 225 números mensuales y siete anuales, ofreció tres números especiales de Halloween en otros tantos años (1993-1995), siendo “Locura” el segundo de ellos, una de las historias más desasosegantes que aparecieron en la colección. Vino firmada por uno de los mejores equipos creativos que ha tenido Batman; el único, además, que nunca desarrolló una etapa en los títulos principales, “Batman” y “Detective Comics”: el guionista Jeph Loeb y el dibujante Tim Sale. Y es que antes de realizar sus tres obras magnas para el Caballero Oscuro (“El Largo Halloween” (1996), “Dark Victory” (1999) y “Catwoman: Si Vas a Roma” (2004)) el dúo demostró en estos especiales de lo que eran capaces de hacer no sólo con el superhéroe protagonista sino con los personajes que le rodeaban.

 

“Locura” es tanto una historia de Jim Gordon como de Batman. Quizá haya aficionados que no estén al tanto de que Barbara Gordon (que en el futuro crecería para convertirse en Batgirl) no es hija de aquél sino su sobrina adoptada. Bastan tres magníficas planchas para describir perfectamente las dificultades que está teniendo la rebelde adolescente para adaptarse tanto a Gotham como a su nueva familia. Tras una discusión con Gordon por no permitirle salir la noche de Halloween, la joven se escapa de casa y a punto está de acabar mal a manos de unos delincuentes en el parque cuando el Sombrerero Loco la salva…y la secuestra. No es la única. El lunático villano se ha hecho con otros niños que, aterrorizados, utiliza para dar forma en un caserón abandonado a sus delirios psicóticos relacionados con su principal obsesión: Alicia en el País de las Maravillas.

 

Al mismo tiempo, un Batman herido en la cabeza por el Sombrerero al comienzo de la historia, se ve atormentado por fiebres delirantes sobre su madre asesinada. Será la doctora Leslie Tomkins –otro secundario clásico de la mitología de Batman y fundamental en su formación como justiciero- quien lo cure para que encuentre a Bárbara y al resto de los niños antes de que sea demasiado tarde. El comic va alternando entre la peripecia de Bárbara, los desvelos de Gordon por encontrarla y los flashback que conforman los recuerdos de Batman sobre la relación que él tenía sobre su madre, el hueco que le dejó su muerte y la mano amable que le tendió la doctora Tompkins. Éste es un personaje que no ha recibido la suficiente atención en los comics de Batman, una especie de reflejo femenino de Alfred. Estuvo al lado de Bruce cuando vivió su peor momento y en las décadas posteriores siempre estuvo dispuesta a ayudarle cuando lo ha necesitado, curando sus heridas y asegurándose de que la leyenda continúe.

 

La historia nos acerca a la figura de Jervis Tech, alias el Sombrerero Loco, mirando algo más allá de su estrambótico aspecto. Es éste uno de los villanos más ridículos de la extensa galería de enemigos de Batman (y eso es decir mucho), y su persistencia en las páginas de los comics de Batman sorprendente cuando menos: un individuo tan obsesionado por un libro que trata de convertirse en uno de sus personajes. Tech es un idiota con disfraz de Halloween que no debería suponer amenaza alguna para alguien tan superdotado física y psíquicamente como Batman. Y, sin embargo, ahí sigue, dando guerra con sus tristes delirios desde que debutara en 1948, en el número 49 de “Batman”.

 

Sutilmente –porque no le hubieran dejado plantearlo de otra manera-, Loeb trata de ampliar algo más lo que sabemos del personaje para situarlo en un plano mucho más oscuro y retorcido. Texto y diálogos sugieren que droga a los niños que secuestra y, posiblemente, les somete a abusos sexuales. Ya se le había visto en otras historias secuestrar a mujeres jóvenes y forzarlas a desempeñar el papel de Alicia en sus psicodramas, pero esta es probablemente la primera vez que este fetichismo se presenta de una forma verdaderamente siniestra y focalizado en una niña.

 

Loeb añade al enfrentamiento entre Batman y el Sombrerero un apunte de retrocontinuidad que conecta a ambos de forma íntima. No se trata de que fueran amigos de la infancia o compañeros de clase. No, es que Bruce Wayne atesora también una relación muy especial, aunque completamente diferente que la de Tech, con el libro de Lewis Carroll. Y es “Alicia en el País de las Maravillas” es uno de los últimos y más felices recuerdos de su madre. Martha se pasó toda una lluviosa tarde leyéndoselo antes de salir al cine la funesta noche en la que ella y su marido fueron asesinados. Esto hace que Bruce vea a Tech como una perversión de su atesorado recuerdo de infancia.

 

La página final cierra el círculo con un toque sentimental. Bruce saca de la estantería por primera vez desde su infancia el libro de “Alicia en el País de las Maravillas”, se sienta junto a la ventana un día de lluvia y empieza a leerlo. Es una escena que nos muestra que ha terminado aceptando que sus padres ya no están y que está preparado para recuperar aquellos recuerdos felices que ellos le dejaron sin sentirse abrumado por la pena.

 

En cuanto al apartado gráfico, Tim Sale es uno de los mejores dibujantes de comic contemporáneos. Sus figuras de exageradas proporciones y dramáticas posturas, su soberbio trabajo de claroscuro y el dinámico montaje de sus páginas transmiten acción, emoción y atmósfera por igual (y ello aunque en esta ocasión no se vea el tradicional perfil de Gotham, optando por un paisaje urbano más convencional y limitado) haciendo que el lector se tome en serio la historia de Loeb y su visión del Sombrerero Loco por muy extrañas o incluso incoherentes que puedan parecer.

 

Con “Locura”, por tanto, Loeb y Sale arrojaron nueva luz –o quizá habría que decir oscuridad- sobre uno de los enemigos más veteranos de Batman, además de explorar dos relaciones a las que no se les ha solido prestar mucha atención: la de Gordon con su sobrina y la de Batman con sus dos madres: Martha Wayne primero y Leslie Thompson después. Aunque no es un tebeo seminal para la mitología de Batman, sí es una historia bien escrita y dibujada que ofrece una lectura breve y disfrutable.

 


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