3 oct 2019

1995- TANGENCIAS – Miguelanxo Prado



A veces olvidamos que el comic es un medio narrativo tan perfectamente capaz de narrar ofrecer espectaculares gestas de aventuras y fantasía como íntimos fragmentos de la vida cotidiana; y que en estos últimos, un buen autor puede conectar emocionalmente con el lector de manera aún más intensa y profunda al proponerle situaciones, personajes y sentimientos con los que éste puede identificarse fácilmente. Para tener éxito, el autor, más incluso que imaginación, ha de contar con unas excelentes capacidades de observación de su entorno y análisis de la naturaleza y relaciones humanas.



Más complicación aún tiene el articular una de estas historias en tan solo un puñado de páginas. Ya he comentado en otras entradas que las narraciones breves –las bien realizadas, claro está- han condensar a la perfección toda la información que se necesita para entender a los personajes, el planteamiento, el desarrollo y el desenlace. Y para ello ha de elegirse muy bien tanto el texto como el dibujo y el ritmo de la historia. Miguelantxo Prado es uno de nuestros maestros nacionales en este formato –y en otras tantas cosas-.

Ya desde sus inicios en el terreno del comic de ciencia ficción (“Fragmentos de la Enciclopedia Délfica” y “Stratos”), el autor gallego puso de manifiesto dos cosas. Primero, su predilección por el relato breve; y, segundo, la aproximación cotidiana a las historias, incluso tratándose de ambientaciones futuristas. Sus sangrantes comentarios sociales en “Quotidiania Delirante” y “Crónicas Incongruentes” seguían la misma tónica: zarpazos cortos pero tremendamente efectivos tanto en su análisis social como en su carga humorística, articulados en un formato de narración corta. En una línea similar pero con una temática radicalmente distinta, “Tangencias” recoge historietas de diversa procedencia realizadas por Prado entre 1987 y 1995 para las revistas “Cairo” y “Cimoc”, aunque todas ellas ofrecen una impecable coherencia gráfica, temática y narrativa.

El núcleo de estas historias es el amor entre hombre y mujer, pero no en su vertiente más luminosa, romántica, idealizada o reconfortante. Lo que aquí se nos presentan son amores perdidos, amores soñados que nunca existieron, amores falsos desde su origen, sexo y/o poder que fingen ser amor, amores obsesivos, amores negados… Amores, en resumen, imperfectos. Son, como dice el título, relaciones tangenciales: amantes que están unidos por un punto en común muy frágil y efímero o que compartieron algo intenso en el pasado y que vuelven a encontrarse fugazmente para intentar revivirlo…sin éxito.

Todos los episodios, independientes y autoconclusivos, tienen un esquema común: dos personajes, los amantes, tienen un encuentro sexual que, a su vez, desencadena una conversación reveladora, a veces teñida de amargura y otras de resentimiento, que expone la postura de cada cual respecto a la relación pasada y presente, finalizando en una despedida. Además y en la mayoría de los casos, se trata de individuos social y económicamente acomodados: artistas, periodistas, ejecutivos, políticos…que se creen triunfadores en sus respectivos campos pero que han fracasado a la hora de conectar emocionalmente con alguien especial.

Sobre ese decorado, cada historia nos plantea posturas y visiones diferentes, aunque
normalmente uno de los amantes se encuentra en una posición de dominio emocional sobre el otro. A veces la pareja difiere respecto a la consideración que le merecen sus encuentros; en otros, uno cree tener una influencia sobre el otro que no es tal; en algunas, uno se aprovecha del otro sexualmente –aunque también hay a quien esto le sale por la culata-; los hay que se sienten seguros de sí mismos y otros que ven esa seguridad derrumbada al entender súbitamente su papel en la relación; hay quien sacrifica el amor en aras del éxito social o profesional, dejándose dominar por el materialismo, el intelectualismo o la seguridad de una vida planificada; algunos se han negado la pasión y el sentimiento genuino hacia otra persona y se arrepienten; otros lo saben y les da igual… El inmenso talento de Prado consiste en hacer de cada uno de esos personajes alguien creíble y complejo utilizando tan solo su elegante dibujo y unos cuantos diálogos concisos y naturales. Cada historia consigue en sus breves páginas describir no sólo un fragmento de cada relación sino sugerir claramente el pasado del que ésta es producto.

Prado juega con los silencios y la atmósfera para transmitir con ellos tanto o más que con las palabras. Para ello prescinde del color y pinta sus viñetas con desvaídos tonos sepia, evocando de esta forma melancolía, soledad, la nostalgia por los sentimientos perdidos y la decadencia de la relación en la que están de una u otra forma atrapados. Abundando en la misma idea, los encuentros de los amantes se producen en solitarias playas, aisladas casas, estancias desnudas de decoración o muebles, apartamentos iluminados por la luz del crepúsculo…

“Tangencias” es un comic maduro, intimista y sofisticado tanto en su fondo como en su forma. No es un tebeo para sentirse bien, no hay humor, romanticismo, personajes carismáticos ni finales felices. Pero tampoco es un producto deprimente. Navega, como las relaciones que describe, entre dos aguas, ofreciendo una visión serena, distante, melancólica, poética y un punto cínica de las relaciones sentimentales en el mundo moderno.

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