La franquicia iniciada en 1977 por “Star Wars” de la mano de su creador George Lucas ha sido, probablemente, uno de los negocios más rentables del siglo XX. Demostrando más visión comercial y fe en su proyecto que la mayoría de los estudios de Hollywood en los propios, Lucas se reservó los beneficios y el control de todo el merchandising y productos derivados de su particular universo galáctico y, consecuentemente y a raíz del éxito de su apuesta, una descomunal fortuna.
Desde el principio, los comics fueron uno de los ámbitos explotados por Lucas a través de la

En los setenta, los comics de Star Wars se centraban en contar las andanzas del trío protagonista (Luke Skywalker, Han Solo y Leia Organa más los dos androides). En los noventa el abanico comenzó a ampliarse al tiempo que Lucas daba su permiso para utilizar todos los personajes de su amplio catálogo. Se publicaron series centradas en Bobba Fett, Yoda, Darth Maul o miembros de la Guardia Imperial, por ejemplo. Todo valía, aunque no hubiera ideas particularmente brillantes con las que mover a esos personajes.
Una de aquellas figuras secundarias –cuya aparición en las películas suma sólo unos cuantos minutos- es Wedge Antilles, uno de los mejores pilotos de la Alianza primero y la Nueva República después y tras la muerte del Emperador, combatiente en la batalla por la primera Estrella de la Muerte y superviviente de la de Endor. Las aventuras del

En el cómic, las andanzas del Escuadrón Rebelde comenzaron en 1995 con la aparición de una serie regular en cuyo primer arco argumental de cuatro números, “La oposición rebelde”, escrita por Mike Baron y dibujada por Allen Nunis y Andy Mushynsky, se planteaba un comienzo decepcionante en todos los sentidos, con una historia aburrida y un dibujo mediocre. A nadie se le escapó que, o se mejoraba el nivel rápidamente, o esta línea de la franquicia tendría una vida breve.
Así que las cabezas pensantes de Dark Horse cambiaron al editor y éste (Peet James) decidió contratar para la misión de rescate al dúo sensación del momento, una pareja de creadores croatas que se habían dado a conocer de forma espectacular en otra serie de CF editada por Dark Horse: “Grendel Tales: Guerra de Clanes”. Se trataba del guionista Darko Macan y el dibujante Edvin Biucovic.
En esta ocasión, la historia sobre la que trabajó Macan era obra de Michael A.Stackpole, pero a

Todo discurre amigablemente hasta que aparece el representante de los restos del Imperio, el antiguo pirata Loka Hask. Resulta que este sujeto de desagradable aspecto ya conocía a Antilles: en un giro bastante poco original se nos cuenta que Hask fue el responsable de la muerte de los padres del piloto. Los diseños son robados y Antilles y sus hombres, acusados del delito, deben huir. Con ayuda de algunos simpatizantes, intentarán descubrir la identidad del auténtico responsable de la conspiración.

Desde luego, buena parte del mérito de esta miniserie se debe a la habilidad de Biucovic, del

Biucovik no es ajeno a esos defectos y también aquí nos encontramos con grandes escenas llenas de naves meticulosamente dibujadas que parecen colgar congeladas en el espacio de fondo estrellado. Sin embargo, en este caso, el artista desarrolla perfectamente bien la historia principal en el planeta Mrllst, exhibiendo una sofisticación elegante y un trazo sencillo que recuerda vagamente al manga. Maneja con igual soltura a los personajes (ya sea charlando tranquilamente en un bar o peleando en el hangar de una nave) que los ambientes (desde un bar de estudiantes universitarios a una ciudad en llamas), lo que permite al guionista, como hemos mencionado, mostrarnos la cara cotidiana de un universo casi siempre cortado por el más épico de los patrones.

Con todo, “El problema fantasma” es uno de los comics de Star Wars más logrados. No esperes encontrar aquí algo fuera de lo habitual en el universo de Lucas: hay persecuciones, algún que otro misterio, criaturas y personajes llamativos, buenos heroicos y villanos perversos, luchas con pistolas de rayos, un jedi con su espada láser y batallas en el espacio. Si te gusta todo esto, sin duda disfrutarás con la aventura.
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