El sello “Elseworlds” (Otros Mundos) de DC se creó para albergar versiones alternativas de sus héroes, historias autocontenidas del tipo “¿Qué hubiera pasado si…?”. Para los autores, su atractivo reside en la libertad que les otorga trabajar con personajes icónicos sin las ataduras propias de la continuidad oficial; para los lectores, ver hasta dónde es capaz de llegar el talento e imaginación de los creadores a la hora de crear nuevos entornos para sus héroes favoritos
El guionista y dibujante Alan Davis y su entintador habitual Mark Farmer no eran nuevos en estas lides. En 1998, publicaron “El Clavo”, una versión de la Liga de la Justicia sin Superman que obtuvo un gran éxito de crítica y público. Tres años después, abordan un planteamiento similar, es decir, un “What If?” de un grupo emblemático de la Edad de Plata de DC, aunque esta vez en clave considerablemente menos oscura: La Legión de Superhéroes, en formato de dos volúmenes de 48 páginas.
En esta ocasión, fue Mark Farmer quien se encargó de escribir el guión, puesto que él era el

El futuro que se nos presenta aquí es uno en el que nunca existió Superman. La cápsula que lo sacó de Krypton antes de la destrucción del planeta no llegó a la Tierra, estrellándose en el cinturón de asteroides. Kal-El permaneció en su interior en animación suspendida hasta que en el siglo XXX, el millonario R.J.Brande y su esposa lo encuentran durante un crucero y lo adoptan como hijo propio.
En ese futuro, las cosas son sustancialmente diferentes a como transcurrieron en la línea cronológica “oficial” de la Legión de los Superhéroes clásica: los mermados Green Lantern ya no pueden defender la galaxia y su papel ha sido asumido mayormente por la Policía Científica, que mira por el cumplimiento de la ley aun cuando su presencia no sea bienvenida en algunos planetas; Computo y Universo, en vez de ser supervillanos, son poderosas Inteligencias Artificiales que desde la urbe terrestre de Metrópolis administran multitud de mundos… y Superboy es, ya adolescente, un muchacho hiperactivo cuyos inmensos poderes (que remiten a su encarnación pre-Crisis) lo convierten casi en un dios. Su padre no sabe qué hacer con él y la

Sin embargo, lo que Kal desea por encima de todo es algo muy diferente a los temores que alberga la Policía: emular a los antiguos héroes del siglo XX. Cuando se encuentra con un Green Lantern que le revela la decadencia de esa institución, decide reunir un grupo de individuos con talentos tan especiales como los suyos que actúen en pro de la justicia al margen de la Policía Científica. Por tanto, en este futuro alternativo no son Saturn Girl, Cosmic Boy y Lighting Lad quienes toman la iniciativa de formar la Legión de Superhéroes, sino el último hijo de Krypton que, de hecho, rescata a los dos primeros y los convence para que se unan a su plan. Los tres organizan un proceso de reclutamiento con el que consiguen atraer a un buen número de jóvenes dotados, como ellos, de poderes especiales.
Su primera misión es la de acudir en ayuda del planeta Rimbor, amenazado por un meteorito. De


Y, sobre todo, no se toma en serio a sí misma, lo cual no quiere decir que no sepa tratar con respeto tanto al lector como a sus personajes. Aunque éstos son numerosos, Farmer se las arregla para que todos tengan su momento –algunos incluso varios- para brillar y evolucionar. Cierto que no vamos a encontrar aquí grandes matices: los malos lo son mucho y los buenos no pueden evitar serlo; ni siquiera UltraBoy, que según se nos dice es un exdelincuente pero que a la hora de la verdad tan sólo exhibe bastante mal genio y una cierta dosis de agresividad, pero todos tienen rasgos diferenciales que son precisa y rápidamente perfilad

Farmer respeta la tradición clásica de la Legión en cuanto a sus miembros iniciales, pero se permite introducir algunos cambios en los personajes; Lightning Ladd y Light Lass, por ejemplo, son aquí dos relamidos hermanos gemelos de porte aristocrático; Brainiac pertenece a una especie casi mítica… Ésa libertad, junto a la de matar libremente a quien estime necesario, es uno de los grandes placeres tanto del guionista como de los lectores. Así, con ocasión del primer choque entre la Legión y los Cinco Fatales, Farmer no sólo consigue un combate especialmente dramático, sino que de él se deriven consecuencias verdaderamente trágicas. Ésas son las ventajas de trabajar en los márgenes, con proyectos a los que la editorial no presta atención y de los que no dependen sus beneficios anuales.

“La Legión de Superboy” es una obra recomendable para todos aquellos que disfruten del comic de superhéroes bien hecho, sin pretensiones pero de impecable factura y autocontenido.
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