La idea de lo que más adelante se convertiría en el equipo de superhéroes canadienses Alpha Flight fue presentada por primera vez en el número 109 de Uncanny X-Men (1977). En aquel episodio, Arma Alpha (más tarde conocido como Vindicador y luego como Guardian) era enviado por el gobierno canadiense para llevarse consigo a Canadá a Lobezno -denominado por el ejército de ese país “Arma-X”- que había trabajado para esa nación y en cuyo exoesqueleto y adiestramiento habían invertido una enorme cantidad de dinero (por entonces el origen del adamantium de Lobezno no había sido aclarado).
Vindicador no era tanto un villano como un agente del gobierno en una misión que no dejaba

Era una idea que llevaba algún tiempo en el aire, algo que había quedado pendiente desde que

Alpha Flight no fue entonces mas que “el villano del mes”, sin vocación de continuidad y cuyo

Pero había algo en aquellos vecinos del norte, quizá su vistoso diseño, quizá sus poderes, que llamó la atención de los lectores. Empezaron a escribir a la editorial pidiendo una nueva aparición y ésta respondió incluyendo a algunos de

Esas apariciones como estrellas invitadas no hicieron sino confirmar el interés de los lectores, a lo que se sumó, a comienzos de los ochenta, la colosal fiebre por los mutantes y en especial Lobezno. Cualquier cosa remotamente relacionada con los X-Men recibía su miniserie, número especial o colección. Jim Shooter, entonces Editor en Jefe de Marvel, anunció en el curso de la convención de San Diego de 1982 que aquel mismo año John Byrne se encargaría de un proyecto relacionado con el grupo. Todo el mundo asumió que, dada la carga de trabajo que tenía Byrne en aquel momento (guión y dibujo de Los Cuatro Fantásticos y guiones de La Cosa) se trataría de algún proyecto puntual, como una novela gráfica o una miniserie. Pero no, Alpha Flight aterrizó a lo grande, con su propia serie regular.
El primer número (marzo 1983) fue un especial de 38 páginas cuya leyenda de portada trataba de conectar con la aureola de los exitosos mutantes: “Exploding From the Pages of the X-Men!”. La ilustración mostraba a los miembros de Alpha Flight abriéndose paso entre un nutrido grupo de otros héroes de la casa, insistiendo en que sólo ellos podrían encargarse de una amenaza no revelada. No es que esa ilustración de portada fuera totalmente novedosa, pero

Así, ya el comienzo es inusual, pues éste no es sino el final de Alpha Flight. “Estás viendo la muerte de un sueño”, reza el texto que acompaña un plano general en picado que muestra una sala desmantelada con Vindicador en el centro. El gobierno ya no dispone de fondos para seguir sosteniendo el programa de entrenamiento de superhéroes, especialmente en un entorno de desconfianza popular hacia los mutantes, y lo cancela. Con él se va el sueño de James McDonald Hudson, alias Vindicador, quien le ha entregado los mejores años de su vida.
Será su esposa, Heather Hudson, una joven de apariencia normal pero con un carácter indomable, la que se niega a dejar morir el sueño, y cuando una terrible amenaza surge en el norte del país, el ser místico conocido como Tundra, activa el protocolo de emergencia y llama a

Hacía ya tiempo que Byrne se había desvinculado de los mutantes y se hallaba concentrado en revitalizar los Cuatro Fantásticos. A pesar de que “Alpha Flight” había nacido al albur del éxito mutante, Byrne no quiso relacionarlo con ellos más de lo estrictamente necesario. Y lo consiguió. Byrne sorprendió a los lectores –a algunos los enfureció- introduciendo inesperados giros argumentales y rompiendo algunas de las reglas no escritas del género.
Los comics de supergrupos suelen ajustarse a estereotipos. Por ejemplo, los Cuatro Fantásticos son una familia; los Vengadores, un club exclusivo; los X-Men, un conjunto de amigos asediados por el mundo exterior; los Nuevos Mutantes, jóvenes estudiantes… Probablemente los más iconoclastas fueran los Defensores, el primer “no-grupo” de superhéroes, cuyos miembros iban y venían sin tener ellos mismos conciencia de pertenecer a un equipo regular. Dependiendo de lo identificado que el lector se sienta con el arquetipo, más o menos disfrutará con las aventuras del grupo en cuestión.
Alpha Flight tenía una estructura diferente a la de los comics de supergrupos de la época. En

La alineación inicial estaba dirigida por Guardian (James McDonald Hudson), personaje por el que Byrne no parecía sentir demasiado afecto, inventor del traje que le dota de poderes magnéticos, pero inseguro en su papel de heroico y sobrevenido protector del país. En cambio, su esposa Heather es decidida y apasionada, si bien cuando el manto del liderazgo recae sobre ella, su ausencia de poderes la sumirá en el mismo dilema que su marido.

Ave Nevada (Ann McKenzie) es hija de un hombre y una diosa, designada por los protectores

Sasquatch (Walter Langkowski) es el forzudo del grupo, una versión canadiense y naranja de Hulk aunque sin su rabia ni cortedad mental. En principio es un personaje ligero y sin complejos, un científico impetuoso y algo camorrista, pero Byrne irá dejando pistas de la tragedia que tiene prevista para él, al final de la cual no sólo perderá sus poderes sino su propio cuerpo.
Estrella del Norte (Jean-Paul Beaubier) es de Quebec y, por tanto, franco-parlante. Ha utilizado secretamente sus poderes de supervelocidad para convertirse en estrella deportiva y no es eso lo único que quiere ocultar. A lo largo de los episodios Byrne deja las suficientes pistas al lector avispado como para

Aurora (Jeanne-Marie Beaubier) es, como su hermano, franco-parlante. Educada en un

Byrne añadió dos personajes nuevos a la alineación del grupo tal y como había sido presentada un par de años antes en los X-Men: Puck y Marrina. Según declaró el propio Byrne, su inclusión obedecía parcialmente a su interés en presentar personajes exclusivamente suyos que le aseguraran ciertos derechos sobre el merchandising; pero también a que quería que el grupo contara con miembros lo más variopintos posible y no particularmente poderosos, puesto que no tenía intención de enfrentarlos a grandes amenazas cósmicas al estilo de Los Vengadores o los Cuatro Fantásticos. Su ámbito, de hecho, sería local, con escasas incursiones fuera de Canadá.

Marrina, por su parte, es una joven anfibia de piel amarilla y grandes ojos inhumanos que fue

En estos inicios de la colección, Byrne se ajustó a lo ya conocido, reciclando ciertos clichés de los X-Men. La inseguridad de Guardián remite a la de Cíclope, por ejemplo; Puck era el camorrista de pasado misterioso que recordaba a Lobezno; y el personaje de Ave Nevada tenía la majestuosidad, serenidad y latente poder de Tormenta. Pero el autor no tardó en desmarcarse de esos esquemas para iniciar una serie de argumentos que desconcertaron a los lectores jugando con sus expectativas.
Marrina se une al equipo en el primer número, pero ya en el segundo destripa a uno de sus compañeros y huye a los mares árticos. En los números 3 y 4 descubre para su horror que en realidad no es una mutante, sino una alienígena programada para matar, miembro de una especie diseminada por el universo para colonizar otros planetas exterminando a sus especies dominantes. No confiando ya en sí misma, se marcha con Namor y se convierte en su amante. Desde luego, no era este el tipo de desarrollo que los lectores estaban acostumbrados a esperar en un comic de supergrupos. Pero la cosa aún “empeoró” más.

El nº 5 está dedicado en exclusiva a Puck, convaleciente de sus heridas tras el ataque de Marrina en el número 2. Se trata de un episodio de corte policiaco en el que el pequeño héroe descubre y desmantela una red de tráfico de drogas en el hospital en el que se halla internado. Al margen de dos viñetas en las que aparece Shaman en

Así, el número 6 es el turno de Ave Nevada, cuyo protagonismo sólo se ve interrumpido por dos páginas en las que Byrne inicia el subargumento que llevará hasta el trágico número 12. Aquel episodio apareció publicado en lo que se llamó “Mes del Editor Asistente”, una ocurrencia promocional de Marvel: afirmando que todos los editores se hallaban ausentes en alguna convención y que las colecciones quedaban en manos de sus ayudantes, a los autores se les pidió que se sintieran libres de la supervisión del Editor y que realizaran lo más extravagante o divertido que se les pasara por la cabeza –dentro de un orden, claro-. Algunos títulos no incluyeron más diferencias que una mera llamada en la

Los números 7 y 8 exploraban la relación entre los gemelos Jean Paul y Jean-Marie Beaubier y el turbulento pasado del primero en Quebec. La muerte de Raymond, un antiguo amante de Jean Paul (aunque en el texto no se dice expresamente sino que solo se sugiere) llevará a los hermanos a aliarse con la misteriosa Némesis contra Mortal Ernest, un individuo que ejerce de “Padrino” local y cuyo toque resulta letal.
Los dos siguientes números, 10 y 11, se centran en Sasquatch, enfrentado al Super-Skrull,

De esta manera, utilizando la libertad de la que gozaba como “autor estrella” y la ausencia de una trayectoria previa que condicionara a los personajes, Byrne se tomó tiempo para presentarlos uno a uno, completando los pasados de todos ellos –excepto Puck, cuyo origen constituiría uno de los misterios a aclarar en la serie- mediante varias historias de complemento que acompañarían a las narraciones principales de este primer año de la colección.

Puede que Byrne matara al personaje porque no le tenía demasiado afecto, pero aún así la historia resultó tener un gran impacto emocional, puesto que fue Heather la que, al distraer a su marido en un momento crucial, provocó involuntariamente su muerte. Ello le dio a Byrne la oportunidad de convertir a la joven en un personaje aún más relevante, sumiéndola en un

El número 13 nos presenta, para el funeral de Hudson, el regreso de quien fue la razón primera de la existencia de Alpha Flight: Lobezno; un número en el que once de sus páginas son totalmente mudas y en las que Byrne demuestra el por qué se le consideraba el mejor narrador del mundo de los superhéroes. Es también un episodio de transición, en el que Heather, apoyada por Puck y Shaman, tendrá que encarar una nueva etapa en su vida.
(Continúa en la siguiente entrada)
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