(Viene de la entrada anterior)
Y aquel mismo mes y con la misma periodicidad que “Forever People”, apareció “New Gods” (febrero-marzo 71), que se abría igualmente con un torbellino de ideas. La portada de aquel primer número anunciaba “Una Épica para Nuestros Tiempos” y su prólogo –que venía etiquetado curiosamente como “Epílogo”- contaba que “¡Llegó un tiempo en el que los Viejos Dioses murieron!, un texto rodeado de una escena cataclísmica de batalla al mejor y más espectacular estilo Kirby, quien por fin cerraba la puerta a sus problemas y limitaciones creativas en Marvel para construir una nueva mitología que, ahora sí, era exclusivamente suya y basada en los conceptos que había creado para Thor pero cambiando los referentes nórdicos por los grecorromanos, adoptando un toque basado en la ciencia ficción en lugar de la fantasía y retornando al eterno tema de la lucha entre el Bien y el Mal.
“New Gods” fue el título central del nuevo universo creado por Kirby y aquel en el que fue

Nueva Génesis y Apokolips adoptaron filosofías, civilizaciones y formas de vivir completamente opuestas. El primero era un lugar paradisiaco, respetuoso con el medio ambiente, amante de las artes, la belleza y la paz, regido por el sabio Highfather. El segundo era una pesadilla tiránica, un lugar dirigido con puño de hierro por Darkseid y centrado en las armas y la obtención del

Los personajes principales de esta colección eran los campeones de Nueva Génesis: Orión, el guerrero definitivo; su alegre compañero, Lightray; el sabio Highfather; y el desapasionado buscador de conocimientos Metron, siempre sentado en su Silla Mobius y que simboliza el Nuevo Dios de nuestra época, el científico; también algo de eso hay en Himon (basado, por cierto, en el suegro de Kirby), el sabio con ética y sensibilidad que inventó el Boom Tunel, que enlaza distintos lugares y dimensiones; y de la Madre Caja, un ordenador viviente conectado con la energía cósmica que es “La Fuente”. Esta última juega un importante papel, casi como una especie de manifestación divina en forma de mano que escribe letras de fuego y que predijo la inminente guerra entre Nueva Génesis y Apokolips con Orión en el centro del conflicto. Darkseid, visto fugazmente en el nº 134 de “Jimmy Olsen”, se revela aquí como el gran villano, un ser de poderes casi divinos y extrema malevolencia con un aspecto oscuro y amenazador y que más tarde se revelaría como padre de Orión. No es de extrañar que años más tarde, cuando se fueron estrenando las películas de “Star Wars”, más de uno viera sospechosas similitudes entre una y otra ficción (la “Fuerza”,

Lo que narraba básicamente “New Gods” eran los enfrentamientos de Orión con todo tipo de guerreros de Apokolips, librados principalmente en la Tierra. Para ayudarle en su misión reclutaría a un grupo de humanos ordinarios a los que rescató de Apokolips. Orion era un personaje más complejo que la mayoría de los creados por Kirby, un individuo en perpetuo conflicto interior entre su propia naturaleza asesina producto de su herencia de sangre, y la educación en valores como la libertad y la tolerancia que le impartió Highfather en Nueva Génesis. Su obsesión es acabar con su padre, para lo que está dispuesto a llegar a comportamientos y actos extremos que a la postre lo acercan al objeto de su odio. Su auténtico rostro es salvaje, casi monstruoso, reminiscente del de su padre, pero lo oculta mediante microcirugía realizada por su Madre Caja, simbolizando la delgada capa de civilización bajo la que escondemos nuestros peores y más primitivos impulsos, como individuos y como parte de una colectividad.

En comparación con la grandeza cósmica imperante en “Nuevos Dioses” y “Forever People”, el cuarto y último título de la tetralogía, aparecido también ese año, “Mister Miracle” (marzo-abril 71), tenía un tono comparativamente tranquilo. Era también el que ocupaba una posición más incómoda en ese universo, sobre todo teniendo en cuenta que Kirby estaba tratando de construir en solitario una narrativa bastante compleja con un ritmo de trabajo que impedía cualquier reflexión o planificación. Las cuatro series se hallaban

“Mister Miracle” estaba protagonizado por un joven, Scott Free, huido de Apokolips a la Tierra y que asume el nombre artístico, el conocimiento y el legado de un mago escapista asesinado por agentes de Inter-Gang. Scott Free estaba inspirado en otro personaje no tan dramático pero sí muy real, Jim Steranko, un hombre polifacético que destacó en todo lo que hizo, incluido el arte del comic, la prestidigitación y el escapismo. También había mucho en esta serie del sentimiento de confinamiento que tenía el propio Kirby respecto a su carrera profesional, su eterna e infructuosa búsqueda de liberarse de las cadenas editoriales.

No tardaría mucho en presentarse el interés romántico de Scott, Big Barda (nº 4 (octubre 71), una mujer de espectacular y rotundo físico inspirada en un reportaje de la cantante y actriz Lainie Kazan aparecido en la revista “Playboy”. Aunque su aspecto tenía esa procedencia, su personalidad era todo Kirby…o quizá la de su fiel y temperamental esposa, Rosalind. Guerrera poderosa y de fuerte carácter, Barda era una bienvenida desviación del arquetipo femenino, mucho más pasivo, que solía utilizar Kirby. El otro secundario recurrente era Oberon, ayudante original del mentor terrestre de Scott, un enano vehemente y sobreprotector que sin duda tenía también mucho de Kirby.
Gracias a la incansable dedicación de Kirby, sus lectores podían comprar el siguiente número


La Ecuación de la Anti-Vida estaba en el corazón de la saga. Aunque nunca se aclaró en qué consistía exactamente, en “Nuevos Dioses” nº 1 se la describía como “el control externo de todo pensamiento viviente”, contrarrestada por lo que Highfather denominaba “Ecuación de la Vida” o “el derecho a elegir”. Además de una idea que remite al totalitarismo político, es difícil no pensar en ella como una metáfora de la pelea del propio Kirby con Marvel a causa de sus derechos como creador. El caso es que esa Ecuación se hallaba enterrada en el cerebro de algunos humanos anónimos y corrientes y la única forma de que aflorara era someterlos a una emoción extrema. De ahí que Darkseid organice una red de agentes en la Tierra y envíe todo tipo de criaturas hostiles con la misión de provocar un pánico

Igualmente cruciales en la saga eran las ideas de la Familia y del Bien contra el Mal. De hecho, Kirby creó un mundo benigno con una familia buena y un planeta pesadillesco con una familia malvada. Conforme la historia avanzaba, los lectores aprendieron más sobre la dinámica reinante entre Nueva Génesis y Apokolips y el carácter íntimo de la rivalidad entre Orion y Darkseid. Kirby dijo: “Curiosamente, era Darkseid, el más perverso de los personajes, el que hizo reunirse al resto. Fueron las relaciones de Darkseid con todos ellos la forma que tuve de demostrar cómo enfrentarse al Mal”. Darkseid fue uno de sus mejores personajes, un villano que no necesitaba demostrar su poder para provocar temor y que representaba el fascismo al que Kirby se había enfrentado en la Segunda Guerra Mundial. El que se sirva de intermediarios y sicarios no significa que carezca de coraje personal y su peculiar código de honor le convierte en algo más que la típica némesis unidimensional. Darkseid sabe que su ambición tiene un precio, pero está dispuesto a pagarlo.

Pero las cosas no funcionaron bien. Aunque las ventas iniciales resultaron prometedoras, su

Kirby siempre fue un visionario incomprendido, alguien que supo ver hacia donde se dirigían los comics como industria, que quiso adelantarse a lo existente (con los géneros, con los formatos, con la forma de contar historias) y que se topó con el rechazo de unas editoriales y unos lectores mayormente conservadores. A comienzos de los setenta, el aficionado medio no

El origen y significado de esa expresión nunca estuvieron del todo claros. Lo más probable es que fuera algo tan sencillo como que al autor le sonaba bien. Sólo de forma retroactiva dio diversas explicaciones. En cualquier caso, aún deberían pasar varios años antes de que las creaciones cósmicas de Kirby en estos años fueran común y colectivamente denominadas como “Cuarto Mundo”. DC utilizó esa expresión tan sólo una vez en las portadas de los comics de ese mes y luego lo abandonó.
(Continuará en la siguiente entrada)
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