La gran aportación de Stan Lee y Jack Kirby al género de los superhéroes fue su humanización, hacerlos descender del pedestal virtuoso en el que residían hasta el momento en las editoriales de la competencia y crear personajes que, sin perder su nobleza, valentía y carácter heroico, padecían al mismo tiempo de un lado trágico, incluso oscuro. Las vidas privadas de los héroes, llenas de tribulaciones, desengaños y problemas, pasaron a tener tanta importancia o más que el enfrentamiento con el villano de turno. Fue un enfoque que sedujo a lectores y creadores y que al poco tiempo ya era copiado por todas las editoriales.
En esa línea, prácticamente todos los héroes de Marvel han pasado en un momento u otro por una crisis de identidad que les ha llevado a abandonar su traje y su máscara e intentar llevar una vida normal desentendiéndose de los problemas del prójimo. Naturalmente, los lectores sabían que esto no se iba a prolongar mucho tiempo. Más temprano que tarde, los hados conspirarían para recordarle al héroe aquello de "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad" y lo empujarían a continuar luchando contra los malos.
Durante cuatro décadas, tres generaciones de guionistas dieron mil y una vueltas a las vidas de

Pero los tiempos cambian. Y con el nuevo siglo, un casi desconocido guionista destinado a convertirse en uno de los grandes arquitectos del Universo Marvel -aunque entonces él no lo sabía-, decidió preguntarse qué sería de un superhéroe si realmente decidiera abandonar ese mundo. ¿Cómo se integraría en el entorno de la gente "normal"? ¿Mantendría contactos con el mundo superhumano? ¿Sentiría nostalgia de los viejos tiempos? ¿Usaría con frecuencia sus poderes? En definitiva, ¿cómo es la vida de un superhéroe jubilado por propia voluntad? La respuesta -o una de ellas- la ofrece "Alias".
La llegada de Joe Quesada al puesto de editor jefe de Marvel trajo consigo un soplo de aire fresco. Parte de la nueva línea editorial pasaba por ofrecer versiones más adultas de ciertos héroes. En los ochenta ya se había intentado vender el slogan "para lectores adultos" con el sello Epic, pero lo cierto es que todo quedó en un magazine y un puñado de colecciones que, en general, sólo se diferenciaban de las series regulares en ofrecer un

Cierto, la censura que imponía el Comics Code Authority impedía forzar los temas so pena de que la editorial se encontrara con que nadie quería distribuir el comic en cuestión. Sin embargo, cuando Marvel abandonó aquel vetusto sistema nacido en los cincuenta del pasado siglo, siguió encontrándose con el mismo problema: para evitar protestas, polémicas o denuncias, era necesario "marcar" los comics en su portada con algún tipo de leyenda que estableciera una estratificación por edades según el contenido.
Así, Quesada, ideó el sello Max, una línea "para adultos" en la que se permitía manga ancha con

Bendis ya había demostrado en las editoriales Image y Caliber su aptitud para el comic menos convencional, como "Torso", "Goldfish", "Sam and Twitch" o "Jinx". Ello le valió la confianza de Marvel a la hora de encabezar la versión Ultimate de Spiderman en el año 2000. Un año después, en noviembre de 2001, arrancaba "Alias", una colección de cadencia mensual en la que ofreció su visión personal de la trastienda del Universo Marvel. Para ello utiliza a una joven heroína, ex-Vengadora , retirada y reciclada en detective privado con agencia propia: Jessica Jones.

La colección no sólo trata de la resolución de esos casos, sino también de cómo éstos afectan al


Bendis demuestra en “Alias” por qué no tardó en ser apreciado por los aficionados pese a lo poco convencional -dentro del género superheróico- de sus historias. En cada episodio desarrolla la trama principal al tiempo que aporta nuevos datos que nos ayudan a comprender algo mejor a la protagonista. Y ello a base principalmente de diálogos; diálogos largos (desarrollados con la técnica narrativa que se ha dado en llamar "decompressive storytelling) pero agudos y

Bendis interviene activamente en el apartado visual (esas irritantes repeticiones de viñetas idénticas son inequívocamente suyas) colaborando con el dibujante Michael Gaydos en el diseño de páginas con una ordenación poco usual de las viñetas (llegando en un episodio a eliminar los bocadillos de diálogo) o integrando en una misma historia diferentes técnicas y estilos (los collages de David Mack, el dibujo ligero y colorista de Mark Bagley o las ilustraciones pintadas de Bill Sienkiewicz)
Gaydos tiene un estilo oscuro, expresionista y bastante poco atractivo a primera vista, pero ideal para el tono adulto de la colección, más basado en los personajes y la atmósfera que en la acción directa. Su estilo narrativo sí es muy dinámico, jugando con el tamaño y disposición de las viñetas de forma cinematográfica, disponiendo el texto de forma acorde a la composición general y a la línea narrativa. Mención aparte merecen las bellas portadas de David Mack.

El sello Max, pese a su libertad en cuanto a la dureza de fondo y forma de sus historias, venía con condiciones: con la excepción de breves cameos, había que dejar al margen a los personajes icónicos de la casa; y en caso de que aparecieran (como el Capitán América o Daredevil) no deberían recibir tratamiento grosero ni involucrarlos en argumentos que pudieran resultar polémicos. Ni siquiera pudo Bendis utilizar como protagonista a Spiderwoman

Es también por eso que Jessica se codea con "segundones", personajes semiolvidados sin colección propia con los que resulta fácil jugar sin tener que estar pendiente de continuidades impuestas ni coherencias con series ajenas. Esas limitaciones fueron una de las razones aducidas por Bendis para cerrar la serie tras 28 episodios. Por otra parte, él mismo tuvo la honestidad creativa de admitir que ya había contado las historias de Jessica que tenía en mente, cerrando con ello un ciclo completo de su vida. Era momento de pasar a otra cosa.
Así, su cancelación no obedeció a un empeoramiento en las cifras de ventas, algo que suele aquejar a la mayoría de las series tras un arranque favorable y que era lo esperado en una colección con un perfil adulto y un aspecto estético a priori poco convencional. Todo lo contrario, Bendis supo ir ganando fieles y, más difícil aún, conservarlos.

Para entonces, el guionista se había convertido en un pilar de la renovación superheróica. Su "Ultimate Spiderman" obtuvo un éxito inesperado, "Powers" cosechó aclamación de crítica y aficionados; igual sucedió con sus guiones para “Daredevil” y “Los Vengadores”. De ahí, daría el salto al puesto de arquitecto oficial de macrosagas épicas, asegurándose un lugar destacado al lado de los más grandes de la historia de la editorial.
"Alias" marcó un nuevo rumbo para Marvel en el nuevo siglo. Su calidad fue reconocida con la

Premios aparte, hoy sigue siendo una excelente coleccióne que no ha perdido calidad y cuya corta extensión, humanidad y consistencia estética (todos los episodios fueron escritos por Bendis y casi todos dibujados por Gaydos) permite que el lector medio la aborde sin dificultad.
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