17 dic 2024

LOS VENGADORES EN LOS AÑOS 70 (2)

 

(Viene de la entrada anterior)

 

Podría haberse pensado que una buena manera de celebrar el número 75 (abril 70) sería la presentación de un villano potente o, mejor aún, el regreso de alguna de las nemesis del grupo, como Kang o Ultrón. Pero no fue así. Lo único que ofreció fue un cambio en la alineación oficial del equipo.

 

Mercurio, muy alterado, aparece en la Mansión de los Vengadores buscando a sus ex compañeros de equipo. Viste aquí un traje de color azul que reemplaza al verde original y que se convertirá ya en su atuendo definitivo durante décadas. También lo vemos utilizar su velocidad para convertirse en una especie de bala de cañón, un uso de su poder tan estúpido como aquel otro que ya habíamos visto de volar frotando sus piernas como un grillo. Jarvis lo encamina hacia el puerto, donde los Vengadores se están despidiendo de la Avispa y Chaqueta Amarilla. Bill Foster, el ayudante de Pym, les acompaña en una misión científica para el gobierno, tal y como explica éste a uno de los periodistas allí reunidos: “Estudiar los efectos de los nuevos campos petrolíferos sobre la vida salvaje de Alaska”.

 

Probablemente, Roy Thomas llevaba tiempo queriendo prescindir de ellos. Los Vengadores ya contaban con un miembro con el poder de cambiar de tamaño, Goliath, y tener dos que podían reducirlo parecía redundante y excesivo. Así que buscó una excusa para retirarlos el tiempo que estimara conveniente y la encontró en una cuestión medioambiental que por entonces había tenido bastante repercusión. El 28 de enero de 1969, ocho días después de que Richard Nixon se convirtiera en el trigésimo séptimo presidente del país, una explosión en una tubería localizada en el lecho marino como parte de una plataforma petrolífera de Union Oil, vertió alrededor de 16.000 m3 de crudo en las aguas próximas a Santa Bárbara, California, contaminando más de 120 km de costa, afectando a la vida marina y perjudicando gravemente a la industria pesquera local. Aquella catástrofe suscitó muchas críticas tanto contra Union Oil como contra las perforaciones petrolíferas cercanas a las costas. El 22 de abril de 1970, se celebró el primer Día de la Tierra, reuniendo a millones de norteamericanos en marchas de apoyo a las reformas medioambientales.

 

Los caminos de los Pym y Los Vengadores se cruzarán de nuevo en los números 90 y 91. En cuanto a Bill Foster, el científico que Tony Stark eligió para que ayudara a Pym con sus experimentos en el nº 32, reaparecerá en el serial del Hombre Hormiga en “Marvel Feature” y después, en el nº 24 de “Power Man” (abril 75), donde obtendrá los poderes e identidad del Goliath Negro gracias al suero de crecimiento de Pym. El Capitán América también se encuentra presente en la despedida del trío, lo que nos indica que Roy Thomas realmente ya no se tomaba demasiado en cuenta la directriz de Stan Lee de no incluirlo en los Vengadores. De hecho, participaría en varias de las siguientes aventuras pese a no figurar su cara en el logo de portada.

 

Pietro llega a supervelocidad al muelle y la colisión entre sus malos modales y la propensión de Goliath a actuar antes de hablar provoca una pelea antes de que el mutante sea detenido por la Visión, cuyos poderes no había conocido hasta este momento (puesto que el sintozoide se había unido a los Vengadores en el número 57). Explica entonces que su hermana, la Bruja Escarlata, y el Sapo habían estado tratando de restaurar el poder de aquélla, perdido desde que una bala le rozara el cráneo en el nº 49, un hecho que llevó a Mercurio a llevársela consigo y reanudar su relación con Magneto (que fuera esa herida lo que afectó a los poderes de bruja de la joven se explicó en el nº 43 de “X-Men”). En “Los Vengadores” nº 53, Pietro, Wanda y el Sapo habían abandonado a Magneto para buscar la forma de restaurarlos visitando bibliotecas de toda Europa y consultando arcanos grimorios. De forma bastante sospechosa, acabaron encontrando un libro oculto que impelió a Wanda a lanzar un hechizo con el que se abrió un portal dimensional a través del cual entra a nuestra dimensión el villano de esta historia: Arkón.

 

Puede no ser casual el parecido que guarda Arkón con Conan. Como ya se explicó en otro artículo de este blog, Roy Thomas era un gran aficionado a las novelas y cuentos del bárbaro y se esforzó mucho por convencer a Martin Goodman, el propietario de Marvel, para que comprara los derechos de adaptación al comic. Inicialmente, se pensó en John Buscema para dibujar la nueva colección, pero cuando estaba a punto de empezar la tarea –el título se lanzó precisamente en 1970, con cadencia bimensual- Goodman, inseguro acerca de la viabilidad del proyecto, ordenó que se buscara un dibujante más barato que facilitara el pago comprometido de 150 dólares por número a los herederos del creador de Conan, Robert E.Howard. La tacañería de Goodman permitió que despegara la carrera de Barry Smith, pero tanto Thomas como Buscema se sintieron decepcionados en ese momento. No sabían aún que ambos colaborarían tanto en “Conan el Bárbaro” como en “La Espada Salvaje de Conan”, realizando los que quizá fueron los comics más recordados del personaje. Así que es posible que este Arkón, con su aspecto de bárbaro melenudo y con taparrabos de piel, fuera una suerte de “premio de consolación” para Buscema.

 

Tras doblegar sin problemas a Mercurio y hacer desaparecer al Sapo con uno de sus rayos de energía, Arkón les dice a los gemelos que es el gobernante de un planeta que ocupa el lugar de la Tierra en un universo alternativo, un mundo que glorifica la guerra y que obtiene su luz de un anillo de energía que ahora se está apagando, habiendo sumido a toda la población en una decadencia que culminará indefectiblemente en la extinción.

 

El mundo de Arkón, al que más tarde se bautizará como Polemacus, es uno de esos planetas tan usados en los cómics (y en las series de “Star Trek”) en los que toda la población parece vivir en un área relativamente reducida. Su dimensión nunca ha recibido una designación como Tierra alternative del Universo Marvel y sus habitantes se refieren a su planeta como el universo. Esto puede ser una hipérbole, pero también podría significar que se encuentra en una dimensión o un universo alternativo muy diferente en el que Polemacus y su anillo de energía son los únicos cuerpos celestes que existen.

 

El planeta disfrutó de un cierto respiro justo cuando las pruebas atómicas en la Tierra rasgaron el velo entre los dos universos y, temporalmente, proporcionaron una nueva fuente de luz. El científico jefe de Arkón encontró una forma de espiar a la Tierra y determinó que una cantidad suficientemente grande de energía atómica liberada, equivalente a la necesaria para aniquilar la vida del planeta, le daría a Polemacus suficiente luz para sobrevivir mucho tiempo. A continuación, Arkón se enteró de la existencia de un hechizo místico que podría abrir el portal dimensional pero solo si lo pronunciaba un mutante y manipuló las cosas para que la Bruja Escarlata, de quien además se había enamorado mientras espiaba nuestro mundo, lo encontrara.  

 

Arkón utilizó uno de los rayos de su carcaj para enviar a la Bruja a su planeta y otro para transportarse él mismo. Luego, Pietro acudió a los Vengadores en busca de ayuda tras un intento de capturar al entonces fugitivo Spiderman (en “Amazing Spiderman” nº 71) y congraciarse así con sus antiguos compañeros tras su brusco abandono del equipo. Mientras termina su relato, el noticiario televisivo informa de que Arkón ha aparecido en un congreso científico y ha utilizado sus rayos para secuestrar a varios asistentes especialistas en energía nuclear.

 

La aventura continua y finaliza en el nº 76 (mayo 70), que se abre con el Capitán América, Pantera Negra y Visión intentando ajustar una máquina que les permita salvar la barrera dimensional entre su mundo y el de Arkón. El primer intento a punto está de acabar en tragedia y Mercurio exhibe otra vez su mal humor llevando a Visión a decirle: “Una vez fuiste Vengador, Mercurio…aunque ahora nos averguence admitirlo”, rematado por otro comentario de Pantera: “Será digno de formar otra vez en nuestras filas, Visión, cuando su humildad iguale la velocidad de sus miembros”. El problema con la máquina parece residir en la imposibilidad de conseguir una fuente de alimentación estable y lo suficientemente potente, pero el Capitán tiene una idea…

 

Clint Barton, que había abandonado su identidad de Ojo de Halcón por la de Goliath en el número 63, está entretanto intentando compaginar ambas facetas practicando en el gimnasio con una ballesta gigante (al carecer de conocimientos técnicos, es de poca ayuda para el resto de sus compañeros en este momento). Y entonces aparece su antigua amante, la Viuda Negra, sólo para decirle que lo va a dejar. La rusa no da más explicaciones, lo cual resulta tan desconcertante y brusco para Barton como para el lector. Sería en su siguiente aparición, en “Amazing Spider-Man” nº 86 (julio 70), donde, además de presentar su nuevo uniforme –que vestirá durante muchos años- dirá que cortó los lazos tanto con Ojo de Halcón/Goliath como con los Vengadores porque le recordaban la muerte de su esposo, Guardián Rojo” en el nº 44. Aunque tampoco se aclara aquí, también dejó de trabajar para SHIELD.

 

Mientras tanto, en el mundo de Arkón, el gobernante bárbaro corteja a Wanda mientras sus científicos extraen los secretos de las bombas atómicas de los cerebros de los especialistas secuestrados en la Tierra. Arkón le miente asegurando que han encontrado una forma de suministrar energía a su mundo sin destruir la Tierra, pero que aún así no la puede dejar regresar a casa porque la quiere a su lado como reina.

 

También vemos al Sapo prisionero. Cuando vuelva a aparecer en los números 137 y 138, dirá que se quedó voluntariamente en el mundo de Arkón, donde había utilizado el conocimiento adquirido durante su asociación con Magneto (desde luego, esto no suena muy creíble habidad cuenta del perfil de personaje) para construir una nave que lo llevaría a través de las dimensiones y el espacio buscando el planeta donde el Extraño lo había aprisionado en “X-Men” nº 11 (mayo 65) y robar allí tecnología avanzada.

 

En ese momento llegan los Vengadores, incluidos Iron Man y Thor. Ha sido el martillo encantado de este último lo que les ha proporcionado el poder de llegar hasta allí (no alimentando la máquina vista al principio, sino abriendo un portal dimensional, un poder que ya habíamos visto, por ejemplo, al final del nº 7, cuando transportó a otra dimensión a la Encantadora, el Verdugo y Zemo). Los heroes combaten y vencen al ejército de Arkón pero éste, viéndose acorralado, utiliza sus rayos para transportarse a sí mismo y a la Bruja Escarlata a la cima del Empire State Building, desde donde pretente arrojar la esfera atómica que destruirá la Tierra asegurando así un suministro imperecedero de energía para su propio planeta.

 

Los Vengadores, de nuevo sirviéndose del martillo de Thor, lo siguen. Arkón a punto está de prevalecer cuando recibe un mensaje de su científico jefe informándole de que mientras Pantera Negra, Goliath y Mercurio trataban de detenerlo, en su mundo Iron Man había construido un dispositivo para reenergizar el anillo emisor de luz, utilizando a continuación Thor su martillo para activarlo. Ya no hay necesidad, por tanto, de destruir la Tierra. Arkón se marcha no sin antes informar a la Bruja Escarlata que el tránsito interdimensional ha reactivado sus poderes mutantes. En un incoherente giro de su personalidad, le asegura también que ya no desea obligarla a casarse con él, pero que algún día podría volver a pedírselo, una perspectiva a la que Wanda no parece hacer ascos. ¿Es víctima quizá de un agudo Síndrome de Estocolmo? Con la perspectiva que da el tiempo, podemos decir que tampoco era la mujer emocionalmente más estable del Universo Marvel.  

 

En cualquier caso y a partir de este episodio, la Bruja Escarlata se unirá a los Vengadores de forma permanente, militando en sus filas hasta el número 211 (septiembre 81). También mantendrá intacto el uniforme con el que la vemos aquí. Aunque diferentes artistas lo modificarían de vez en cuando, siempre acabaría recuperando este diseño. También, y por indicación expresa de Roy Thomas, recupera el color castaño de su pelo, el mismo que había tenido en los primeros números de los X-Men antes de unirse a Los Vengadores en el número 16, cuando pasó a ser “negro” (gris o azul con sombreado negro).

 

El arco argumental que aquí concluye no puede decirse que sea un fracaso. El problema que tiene –y no es uno menor- es su villano, este trasunto de Conan cuyo intento final de ennoblecerlo (perdonando a la Tierra y dejando libre a Wanda) es inverosímil de todo punto. Arkón debería haber sido un adversario de mucho mayor peso, un invasor extradimensional que mezclara a Conan con Genghis Khan, pero nunca funcionó, ni aquí ni en sus posteriores intervenciones en otros títulos de la casa, empezando por el no muy lejano nº 84 de “Los Vengadores”, donde actuará bajo la influencia de la Encantadora. También hará acto de presencia en los “Cuatro Fantásticos” (volviendo a las andadas y pretendiendo aniquilar nada menos que tres Tierras para salvar su mundo), “X-Men” y, bastante después, “Vengadores Costa Oeste” (también en el nº 75, donde intentará matar al Hombre Maravilla por interpretarlo en una película).

 

Otra razón por la que este comic merece mejor puntuación de la que ameritaría exclusivamente por su historia es el excelente trabajo de John Buscema y Tom Palmer, cuya asociación había empezado en el número anterior y que continuará durante una etapa hoy considerada clásica.

 

El número 77 (junio 70) es quizá una mera anécdota pero no carece de interés puesto que simboliza bien el deseo de Stan Lee, mantenido por Roy Thomas, de anclar a los superheroes Marvel en el mundo real –dentro de lo posible-, lo que pasaba por cargar sobre los personajes desafíos y problemas con los que los lectores pudieran identificarse. ¿Y cuál es uno de los problemas más comunes? La falta de dinero.

 

Resulta difícil, por no decir imposible, que Superman, Batman, Wonder Woman y Aquaman se encontraran en apuros económicos por no poder pagar el alquiler de su base secreta, pero eso es precisamente lo que les había ocurrido a Los Cuatro Fantásticos al comienzo de su carrera, concretamente en el nº 9 (diciembre 62), cuando fueron desahuciados por el propietario del Edificio Baxter después de que Reed Richards, tras perder los ahorros en la Bolsa, no pudiera pagar el alquiler de las cinco plantas que ocupaban. Y ahora Roy Thomas plantea la misma amenaza a los Vengadores.

 

Tony Stark visita a los miembros del grupo para comunicarles que se encuentra tratando de rechazar una maniobra empresarial de un tal Cornelius Van Lunt con la que pretende apoderarse de Industrias Stark. Para contrarrestarla, necesita todo el dinero disponible, incluido el de las cuotas de alquiler de la Mansión que no ha cobrado a los Vengadores. Éstos deciden reunir el dinero, aunque Pantera Negra les sorprende al decirles que no podrá dedicar todo su tiempo a este propósito dado que ha aceptado un trabajo como maestro (que desarrollará bajo la identidad civil de Luke Charles, establecida por su tío años atrás mientras T´Challa estudió en el extranjero); además, no le está permitido utilizar la riqueza de Wakanda salvo para las necesidades de su país.

 

Mientras tanto, una banda de ladrones que responde al curioso nombre de Brigada de la Milésima de Segundo y que está dirigida por un enmascarado con el alias de Kronus, está analizando sus últimos trabajos, que resultaron frustrados por miembros de los Vengadores, así que deciden afrontar el problema dirigiéndolos a una trampa.

 

En lugar de aceptar con resignación el desahucio, Los Vengadores se movilizan para ofertar sus servicios al mejor postor –siempre que el encargo sea legal, claro-, acudiendo a programas de televisión (como el de Johnny Carson, aunque Buscema no acierta al reproducir sus rasgos), donde no tienen reparos en revelar públicamente que la suma que deben reunir lo más rápido posible asciende a 120.000 dólares (una cantidad que, actualizada a 2024, ascendería a 975.000 dólares). Y he aquí que quien se ofrece a contratarlos y resolverles el problema es nada menos que el propio Van Lunt, admitiendo, además, que su amenaza contra Stark no había sido más que una argucia para obligarles a que trabajaran para él como equipo de demolición de unos inmuebles. En cuanto completen la tarea, retirará su oferta de adquisición sobre Stark.

 

Goliath, la Bruja Escrlata, Mercurio y Visión llevan a cabo la demolición utilizando sus poderes, averiguando luego que el ayuntamiento lo iba a derribar para construir un patio de juegos infantil. Van Lunt se adelantó y ahora que lo ha despejado, puede vendérselo a la ciudad con un beneficio. Por supuesto, los Vengadores no se sienten cómodos trabajando como mercenarios para un tipo semejante. Su siguiente y último encargo para Van Lunt consistirá en despejar y asegurar un túnel abandonado bajo el East River. Pero mientras están en el interior, Kronus lo hace estallar. Creyendo muertos a los Vengadores, su banda aprovecha para robar un banco pero, mientras están allí, Pantera Negra, que se había mantenido al margen por su trabajo como profesor, los retiene lo suficiente como para que el resto del grupo se reúna con él y los detenga, revelando la identidad de Kronos: el ayudante personal de Van Lunt, un antiguo empresario al que éste había arruinado y luego contratado como “recadero” para humillarlo.

 

Dejando aparte el buen trabajo de Buscema y Palmer, este es un número bastante flojo en relación a los que habían ido apareciendo en los meses precedentes. Y es que, reconociendo el intento de Thomas de “acercar” a estos superheroes a los problemas de la gente ordinaria, lo hace con una historia que no tiene mucho sentido y sí muchos agujeros. Empezando por la disposición de los Vengadores a rebajar su imagen prestándose como mercenarios en peligro de desahucio. Los problemas financieros de Stark no son tan inverosímiles dado que sus negocios han registrado altos y bajos a lo largo de los años y a estas alturas la Mansión de los Vengadores aún no contaba con financiación independiente a través de la Fundación María Stark (creada por J.M.De Matteis para el Annual nº 11, en 1982).

 

Pero, ¿qué pasa con Pantera Negra y su tacañería con sus compañeros? ¿Es miembro del equipo o no? La generosidad wakandiana varía según los beneficiarios porque esa nación ha acudido de vez en cuando al rescate financiero de Los Cuatro Fantásticos, grupo del que ni siquiera es miembro Pantera. En cambio, aquí se lava las manos y se dedica a enseñar a los niños de una escuela del ghetto las costumbres de los hechiceros tribales africanos.

 

Y tampoco los villanos son memorables en absoluto. Van Lunt aquí sólo es un hombre de negocios sin escrúpulos, pero más adelante, en el nº 121, se descubrirá que también era Taurus, del Zodiaco, el equipo de supervillanos presentado en el nº 72. Y en cuanto a la banda de ladrones, parecen sacados de la teleserie de Batman de los 60: un grupo de matones pintorescos indignos de la atención de “Los Héroes Más Poderosos del Mundo”. En fin, uno de los guiones menos conseguidos de Thomas hasta ese momento.

 

(Continúa en la próxima entrada)

 

 

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