(Viene de la entrada anterior)
Aunque sin duda los números dibujados por Neal Adams, que empezaremos a comentar en la siguiente entrada, son los mejores de la Guerra Kree-Skrull, hay que admitir que estos primeros episodios a cargo de Sal Buscema tienen una eficacia y honestidad que quizá puedan apreciarse mejor siendo un lector de superhéroes veterano. Adams fue un artista revolucionario con un impactante sentido del realismo y una narrativa sofisticada, pero Buscema tenía ese sabor del artesano local capaz de ofrecer un producto básico pero funcional. A ello se añade en este caso en particular, que el número 90 (julio 71) está en buena parte ambientado en la selva y, como se había visto en el nº 88, por alguna razón esas localizaciones parecían sacar lo mejor de Buscema en aquella época.