No resulta fácil encontrar ciencia ficción gráfica de calidad realizada expresamente para un público infantil. La desaparición de las antiguas revistas de comic (Mortadelo, Pulgarcito, TBO, Don Miki, Spirou Ardilla, Super Guay, Fueraborda…) dejó vacío ese nicho de mercado. Ello influyó negativamente en la captación de nuevos lectores, que se veían obligados, bien a saltar directamente de los cuentos infantiles a los superhéroes, bien a realizar un esfuerzo económico y comprar los álbumes de comic europeo (Asterix, Blueberry, Tintín…).
“Las Aventuras de Ton y Mirka” es un excelente ejemplo de lo que debería ser un comic de ciencia ficción para esa franja de edad comprendida entre los siete y los catorce años.
Ton es un muchacho que acaba de ingresar en un aislado orfanato. Su carácter rebelde e

Comienza así una gran aventura que les llevará a explorar el pecio de un antiguo galeón español hundido en el Atlántico, sobrevolar las líneas de Nazca, penetrar en las ruinas mayas de la selva centroamericana y, finalmente, resolver el misterio en la isla de Pascua.
Un chico alienado que escapa de una triste existencia y se embarca en la más extraordinaria de las aventuras, un orfanato salido de una novela de Dickens, una mascota/robot graciosa y

La historia, escrita por el vasco Gregorio Muro Harriet (laureado guionista que además ha ejercido de periodista y director de cine y TV), mezcla las peregrinas teorías del suizo Eric Von Daniken sobre la influencia extraterrestre en las antiguas civilizaciones humanas, con mensajes ecologistas, pero en general está muy bien llevada: tiene un ritmo ágil, abunda la acción y las peripecias, pero siempre expuestas de un modo tradicional, sin histrionismos ni violencia innecesaria –ni siquiera existe el típico villano-, con toques de humor y suspense. Los personajes son sencillos, sin complicaciones, planos pero

En cuanto el dibujante, el bilbaíno Daniel Redondo, éste resulta ser un profesional más que competente, capaz de resolver con eficacia y buen ojo las diferentes y muy variadas escenas. La narración es fluida y el grado de detalle es elevado sin transmitir por ello sensación de abarrotamiento. Los decorados en los que transcurre la acción están muy bien trabajados y particularmente bien coloreados, y el diseño de tecnología halla su inspiración en filmes y comics clásicos (“Valerian” entre ellos). No es que su estilo tenga una personalidad arrebatadora, pero tampoco se lo piden la historia ni los lectores a los que va destinada.
“Las Aventuras de Ton y Mirka” es un comic ideal para que el lector preadolescente dé sus primeros pasos en la ciencia ficción; pero sus virtudes también pueden ser apreciadas por aquellos adultos que no hayan olvidado lo que sintieron años atrás al sumergirse en relatos que bullían de aventuras, rescates, naves, robots y alienígenas.
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