(Viene de la entrada anterior)
En su número de despedida, el 40, Starlin escribió: “He seleccionado personalmente a Peter David como mi sustituto en las labores de guionista de “Dreadstar”. Lo llamé yo mismo para preguntarle si aceptaría el trabajo. Fue mi primera opción. Gracias a Dios que no me rechazó. Creo que estoy dejando mi criatura en buenas manos”.
A Starlin le había llamado la atención la
etapa de Spiderman que escribió David. Vio en él alguien creativo al que, en
contra de lo que pretendía el editor, no era necesario supervisar. Aún así,
First Comics insistió en acreditar a Starlin como “Consejero Espiritual”, quizá
para tranquilizar a los lectores y hacerles creer que, a pesar de todo, el
creador original seguía teniendo un ojo puesto en su héroe espacial. No fue
así, como ya digo, y ni siquiera dio directrices a David respecto a los
personajes que podía conservar o descartar o el destino al que debía llegar
Dreadstar tras abandonar la galaxia. Tampoco hacía falta. David conocía bien a
los personajes desde el principio. Y es que, para cuando el personaje nació en
las páginas de “Epic Illustrated” diez años atrás, David trabajaba en el
Departamento de Venta Directa de Marvel y una de sus labores consistía en
vender esa revista a los libreros. En cualquier caso, Starlin no desaparecería
del todo de la colección y sus seguidores podrían disfrutar de su material como
complemento de los números 42 a 54, en los que se serializaría la novela
“Peones”, escrita por él y su mujer Dania Graziunas.
El nº 41 (marzo 89) fue tanto el primer número
de David como guonista como el de Angel Medina como dibujante regular. Los
personajes se quedan varados en el vacío intergaláctico cuando el motor de su
nave se estropea. Por una inesperada y afortunada coincidencia, se topan con un
extraño fenómeno energético que les empuja a un agujero negro sólo para emerger
en una nueva galaxia. Allí, Vanth encuentra un misterioso niño brillante
flotando en el espacio. A Iron Angel le parece muy sospechoso y quiere librarse
de la criatura, pero Tuetun defiende al bebé y se alía con los instintos
paternales de Skeevo. En mitad de esta crisis, Sauce se manifiesta ante Vanth.
Aunque sigue controlando el sistema informático central que administra y dirige
la Galaxia Empírica, hizo una copia de su personalidad y la instaló en la nave
de Vanth.
Tras cruzarse con una nave de tortugas
espaciales, la tripulación protagonista visita el planeta comercial Amoxicylin,
donde se encuentran al bien armado mercenario Izak, que reconoce a Iron Angel y
se dirige a ella como Claudia. Mientras tanto, S.J (Skeevo Junior) madura a
ojos vista y desarrolla una atracción por Claudia, aunque ni él ni nadie más a
bordo tiene todavía idea alguna de quién es ese náufrago espacial que crece
rápidamente ni de dónde procede.
El equipo conoce a Lord Palafox tras interceptar una llamada de auxilio en el nº 45 (agosto 89). Aquél les informa de que en su día gobernó la galaxia, pero que fue víctima de usurpación y cautiverio por su propio hijo, Rok. Vanth –con un poco de ayuda de Junior- convence a su tripulación de que deben ayudar al depuesto líder y empiezan a buscar aliados. En el nº 47 (octubre 89), visitan a los Kagami, que explotan como esclavos a una especie de gatos humanoides. Como es de esperar, semejante abuso no es del agrado de Oedi, que, por defender a una camarera, acaba siendo desafiado en un duelo. Enfrentamiento del que sale victorioso ganando una sirviente felina a la que llama “Cookie”.
Todo llega a su conclusión en un número doble
y con papel de mayor calidad, el 50 (enero 90), titulado “Batalla por una
Galaxia”. Izak se convierte en miembro del equipo; Junior –ahora ya adulto- le
confiesa sus sentimientos a Iron Angel; y Palafox reclama el trono y promete un
baño de sangre en todos los sistemas estelares traidores. Como había sido
evidente para todo el mundo excepto Vanth, los héroes habían estado apoyando al
bando equivocado.
A Peter David le preguntaron si ésa había sido
siempre su intención: conservar el tono y temas clásicos de la space opera pero
con un giro inesperado. "Sí,
exactamente. Es la clásica tradición heroica: que el héroe luche por el Bien. Y
pensé: ¿no sería interesante que esta vez el héroe se volcara en la causa, sólo
para descubrir que estaba en el lado equivocado? Esa idea me intrigó”.
Palafox no tarda mucho en revelar sus verdaderas intenciones y naturaleza y
Dreadstar y Compañía en darse cuenta de su error. Pero en cuanto protestan
contra la megalomanía de Palafox, los marcan como traidores.
Tras ese agridulce final de saga, Angel Medina descansó durante dos números cediéndole los lápices a Chuck Wojtkiewicz, que se vio en la tesitura de ilustrar una trama ya en marcha desde hacía varios números y con un reparto amplísimo de personajes. No siendo un artista particularmente dotado para el dibujo de figuras o expresiones, hay que admitir que salió razonablemente airoso del desafío, manteniendo la coherencia gráfica, ofreciendo soluciones narrativas interesantes sin perder claridad y resolviendo con soltura complejas viñetas repletas de personajes.
Esas escenas de multitudinarios combates o
batallas eran algo con lo que disfrutaba especialmente Angel Medina. Peter
David nunca le dio instrucciones detalladas al respecto en los guiones, pero él
había crecido leyendo comics de George Perez, cuyo estilo absorbió, fascinado
por sus espectaculares viñetas llenas de personajes interactuando y siempre que
tuvo oportunidad replicó esos momentos épicos dignos de las aventuras
espaciales de Los Vengadores o Los Cuatro Fantásticos.
Desde hacía ya algún tiempo, Junior había
venido manifestando poderes paranormales y, ahora ya adulto, esas capacidades
se incrementan hasta dominar la vida y la muerte, como demuestra cuando Skeevo
muere y él lo resucita. El misterio sobre su origen e identidad se intensifica
cuando decide aliarse con Palafox, quien está intentando invocar la mística
Espada del Control de los Dioses Prohibidos de la Galaxia. Pero es Junior quien
se hace con el objeto de poder, aniquilando a Palafox. En un escenario
semejante, Vanth añora la ayuda que les hubiera podido prestar el fallecido
Syzygy y Cookie le responde aconsejándole que busque a Ondru, un místico nativo
de su mundo de origen. Cuando viajan allí, los héroes se encuentran a los
felinos locales sojuzgados por extraterrestres.
El nº 56 (julio 90) es una parodia-homenaje
tanto de “El Regreso del Caballero Oscuro” de Frank Miller como de la entonces
reciente película de Batman dirigida por Tim Burton. Indignado por la opresión
que soportan los hombres y mujeres gato, Oedi asume una identidad de justiciero
enmascarado para inspirar a los ciudadanos a levantarse contra los tiranos. Las
corporaciones, en defensa de sus intereses, replican con su propio enmascarado,
Jackanapes. Es este un número muy bien dibujado, poco sutil pero divertido y
que a menudo es señalado como uno de los mejores de esta etapa.
La novela “Peones” terminó su serialización en
el número 54 y en el siguiente empezó nuevo complemento, una historia en seis
partes que contaba el origen de Iron Angel escrita por Peter David y dibujada
por John Calimee. Cuando en First le plantearon la necesidad de ese material, a
David no le costó encontrar a la protagonista porque Iron Angel había sido el
miembro de la tripulación de Dreadstar de cuyo pasado menos se había desvelado.
Tanto el guionista como Medina le tenían gran aprecio al personaje, antagónica
con Skeevo, suspicaz respecto a Izak y desconfiada –al tiempo que atraída- por
el adulto Junior. Medina, además, la encontraba en sintonía con los tiempos que
corrían en el comic-book mainstream: una asesina cibernética, dura, violenta,
misteriosa y perpetuamente enfadada con el universo, un perfil que se
convertiría en arquetipo con el correr de esa década.
Calimee sería también el dibujante invitado de
la historia principal en los números 57 y 58, cuando el equipo encuentra por
fin a Ondru, que ayuda a Vanth a conectar con la energía de su interior y
recuperar su propia espada. En lo que fue uno de sus primeros encargos, Steve
Epting dibujó el nº 59 (octubre 90), cuando Vanth se prepara para enfrentar su
Espada de Poder contra la Espada de Control de Junior.
Desde el número de debut de Peter David, el
41, los lectores habían estado preguntándose sobre el misterio del bebé que
creció rápidamente para convertirse en un villano de casi ilimitados poder y
maldad. El nº 59 revela por fin que Junior es la encarnación viviente de los
Doce Dioses de la Instrumentalidad. Medina regresa para el número 60 (un
especial, dado que no tenía historia de complemento), cuando Vanth, en una nota
irónica, dice que lo único que le falta para completar el día es que vuelva el
Señor Papal. Vanth y Junior entran en combate, pero el segundo prevalece. Iron
Angel interviene pero no es rival contra semejante enemigo. Sin embargo, cuando
éste se dispone a matarla, se encuentra con que no es capaz. Los Dioses
Prohibidos que moran en la espada de Junior se enfurecen ante ese sentimiento
de
amor que bloquea a su siervo y deciden neutralizarlo. Pero éste, antes que
dañar a su amada, opta por suicidarse atravesándose con la Espada. En un climax
dramático, antes de desaparecer tragado por un vórtice dimensional, el alma de
Junior extrae la de Iron Angel para llevársela con él, dejando atrás tan solo
el cuerpo muerto de la ciborg y un Dreadstar conmocionado.
Pero ese “secuestro” espiritual no es lo
último que hace Junior antes de desaparecer. Como “regalo” final a Dreadstar,
resucita al Señor Papal. El nº 61 (diciembre 90), con un Angel Medina en la
cúspide de su arte, es otro episodio de acción arrolladora. Vanth, con la ayuda
de una aparentemente reanimada Angel, consigue salir victorioso y el Señor Papal
escapa. Pero, aunque el cuerpo era el de la ciborg, éste no era más que una
cáscara vacía manejada por Sauce, que había proyectado en él su consciencia y
tomado el control. El número 62 sirve para descansar tras tantas emociones y
recapitular lo sucedido desde el peculiar punto de vista de Skeevo. Es también
el comienzo de otro serial de seis partes de complemento, “Joven Skuz”,
protagonizado por un adolescente Skeevo y dibujado por Scot Eaton. Los personajes
aparecerían también en una historia corta para el Especial Navidad de First
(noviembre 90).
Embarcado en una nueva misión, recuperar el
alma de Angel, Dreadstar y Compañía tienen que hacer un alto en el nº 63
(febrero 61) cuando interceptan una sonda del planeta Urth. Se trata de una
situación de Primer Contacto para los habitantes de ese mundo y nuestros héroes
se presentan allí para ser recibidos como celebridades… hasta que se descubre
que les han seguido. La nave perseguidora abre fuego contra el planeta y, a
continuación, el Capitán Tibrus, Director 5 de la Franquicia Unida de Mundos,
se transporta a la superficie con su tripulación. Si esto parece una parodia de
Star Trek es porque lo es. El nº 64 (marzo 91) incluye más bromas y referencias
a esa franquicia de lo que nadie hubiera creido posible, no sólo porque Peter
David fuera un buen guionista sino porque también era un veterano Trekkie con
un profundo conocimiento de ese universo que, con el tiempo, ha escrito
abundante material (comics y novelas) sobre el mismo. Ello, no obstante, no le
impide reírse de los tópicos y situaciones habituales de esa franquicia.
Pero es que, además, David estaba por entonces
escribiendo a la vez los comics de Star Trek que publicaba DC bajo licencia de
Paramount. Su intención era la de presentar allí simultáneamente una historia
que parodiara el universo de Dreadstar, de tal forma que sólo los lectores de
ambos títulos pudieran comprender en su totalidad el alcance de la broma. Sin
embargo, algún ejecutivo de Paramount vetó la historia y sólo la mitad de
Dreadstar vio la luz. Una censura que, por otra parte, motivó el enfado de
David y su abandono de la colección de Star Trek.
Y ahí terminó la colección. La página de correo de aquél número anunciaba que la colección se interrumpiría durante algunos meses, pero jamás volvió a recuperarse. Se había anunciado también una miniserie, “Dreadstar Rising”, que tampoco llegó a aparecer. Tras entregar la historia parodia de Star Trek, a Peter David le comunicaron que sus servicios ya no eran necesarios y, poco después, la editorial First entró en bancarrota.
Medina tampoco tuvo comunicación anticipada de
que la colección arrastrara problemas de ventas, pero lo cierto es que él ya
tenía pensado abandonarla. Llevaba algún tiempo recibiendo ofertas de Jim
Starlin, Fabián Nicieza o Rob Liefeld para trasladarse a Marvel. Durante algún
tiempo, barajó varias ideas para un posible retorno del personaje, pero sabía
que éste había quedado en un limbo editorial (Jim Starlin conservaba los
derechos) y acabó dirigiendo sus energías y creatividad hacia otros menesteres,
aunque de vez en cuando volvía a despertar en él el deseo de hacer una historia
en la que se mostraran a los personajes muchos años después de lo narrado en la
etapa de First, con Skeevo casado y una caterva de niños, Angel e Izak
capitaneando un batallón de mercenarios…
Tres años después de la cancelación de la
serie original, “Dreadstar” resurgió en Malibu Comics, una editorial
californiana que ya había publicado una de las nuevas creaciones de Starlin,
“Breed”. Sin embargo, lo que realmente quería la editorial era Dreadstar. Así
que Starlin volvió a contactar con Peter David para que retomara el personaje y
éste sugirió convertirlo en una mujer, Kalla, la hija de Vanth. Y así, se lanzó
una miniserie de seis números dibujada por Ernie Colon.
El número 1 (abril 94) comienza con la veinteañera Kalla Dreadstar tutelada por el Señor Papal. En un flashback, descubrimos que Dreadstar y Compañía estaban todavía embarcados en la búsqueda del alma de Iron Angel cuando, por el camino, Sauce (que aún ocupa el cuerpo de Angel) seduce a Vanth y se queda embarazada. El parto llega justo cuando la tripulación encuentra por fin a Junior y Angel. Kalla nace sin poder respirar, pero Oedi la recupera mientras Vanth y Junior luchan. Cuando el primero empala al segundo, se produce una fuerte liberación de energía y la tripulación acaba dispersa por toda la galaxia. El Señor Papal encuentra a Kalla, la cría y la adiestra para que, cuando llegue el momento, mate a Vanth. Finalizado el flashback y de vuelta al presente… eso es exactamente lo que ella hace.
Pero la historia revela que Kalla en realidad
murió en el parto. Fue salvada por el alma de Iron Angel y la Espada de Poder,
que también restaura Vanth a la vida. La serie termina con Sauce (en el cuerpo
de Angel) reuniéndose con un rejuvenecido Vanth y su hija (que en realidad es
el alma de Angel reencarnada en su cuerpo). En cuanto al resto de los
personajes, los dos únicos que no volvieron a aparecer en la miniserie fueron
Izak y Oedi, para los que David tenía planes en una siguiente miniserie que
nunca llegó a cuajar.
Y ese fue el final para la ilustre y muy agitada carrera de Vanth Dreadstar. Lo último que se supo de él fue en forma de cameo en la tercera miniserie de “Breed” publicada por Starlin en Image en 2011. Después, nada hasta hoy. Ni siquiera existe una recopilación integral de todos sus episodios y etapas (las ha habido parciales), un vacío que alguna editorial, previo placet de Starlin, debería abordar para dar a conocer a las nuevas generaciones un personaje cuyas aventuras espaciales tienen un sabor muy a los 80, pero que no han perdido su capacidad de entretener.
Excelente recorrido, felicidades, y gracias por ayudar a saber qué fue de una serie que en su momento fue una de mis favoritas. La hice dos veces en su edición española, y las dos me quedé frustrado al dejarla incompleta por falta de ventas primero y cambio de editorial después. Para redondearlo, en su día me encontré dos números de la etapa de Peter David, que resultaron ser los de "Catman" y "Star Trek", lo que me dejó bastante fuera de juego, al haber por un lado toda una serie de personajes que no conocía y por otro quedándome con la impresión (falsa, a la luz de tus artículos) de que la serie había derivado al humor y la parodia. Mucho después llegó la miniserie de Kalla Dreadstar, que creo no llegué a terminar porque no me enganchó. Como dices, espero que alguien pueda navegar entre tantas editoriales, convencer a Starlin y lograr una publicación de la serie íntegra. Lo merece por la épica y la capacidad de retorcer las expectativas de los lectores.
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