25 feb 2022

1995- ASTRO CITY – Kurt Busiek y Brent Anderson (5)

(Viene de la entrada anterior)

“Héroes Locales” es el quinto recopilatorio de “Astro City”, publicado por DC Comics bajo el sello Wildstorm y que incluye los números 21 y 22 del Volumen 2, los cinco números de la miniserie “Héroes Locales” y un especial 11-S, todos ellos a cargo del equipo habitual: guion de Kurt Busiek, dibujos de Brent Anderson y Will Blyberg y portadas de Alex Ross, quien además colabora en el diseño de personajes.

 

Para entonces, la serie había experimentado un cambio en su formato y cadencia: de colección mensual había pasado a convertirse en una sucesión de miniseries y números especiales, a veces separados por prolongados intervalos. Así, pasaron nada menos que cinco años desde el arco anterior, “El Ángel Caído” y “Héroes Locales”; y quizá por ello, como si fuera un nuevo comienzo, Busiek decide recuperar la estructura con la que había arrancado la serie años atrás con “Vida en la Gran Ciudad” y que también había dado un gran resultado en “Álbum de Familia”: una antología de historias cortas y autoconclusivas de uno o dos episodios de extensión protagonizadas por un surtido de nuevos personajes, no siempre superhéroes.

 

Como ya había hecho antes en la serie, Kurt Busiek nos ofrece en “Héroes Locales” un sagaz análisis de las convenciones de los comics de superhéroes y para ello y en mayor medida que en otros arcos argumentales, se centra en el punto de vista del hombre ordinario.

 

Quizá la historia más simbólica de esta antología sea “Los Viejos tiempos”, en el que se nos recuerda que incluso los superhéroes envejecen y que intentar recuperar la antigua gloria puede ser una grave imprudencia. Un antiguo superhéroe, Supersónico, accede a volver puntualmente a la acción a instancias de un amigo policía a pesar de que ya no tiene ni la vitalidad ni la destreza de antaño. El resultado es que su intervención contra un villano cibernético y acorazado acaba causando una gran destrucción. Supersónico es un personaje patético que decide hacer caso omiso al inevitable hecho de que la edad y la aparición de una nueva generación de superhéroes más poderosos lo han dejado obsoleto.

 

En la misma línea deconstruccionista discurren otras historias. “De Brillante Armadura” es un giro amargo de aquellas viejas historias en las que Lois Lane andaba siempre obsesionada por averiguar la identidad secreta de Superman. Aquí, su papel lo asume Irene Meriwether, quien recuerda su brillante carrera como consejera política en los años 60 y el apasionado romance que mantuvo con un superhéroe, Atómicus. Su inteligencia no le permitió ver ni cómo sus celos y mezquindad arruinaban su relación ni como su propia hija se convertía en una vigilante.

 

“Grandes Esperanzas” es una historia sobre la naturaleza del heroísmo y los riesgos que entraña y que nos cuenta cómo Mitch Coogan, un actor que interpreta a un superhéroe en una telenovela, acaba desempeñando el rol de uno auténtico sin hacer caso a las advertencias de sus amigos sobre las consecuencias y peligros que ello conlleva. La humillación que acaba sufriendo arruina su carrera y le hace comprender que el de vigilante no es un papel que pueda interpretar un actor deseoso de fama y reconocimiento.

 

Por otra parte, “Toca Madera” y “Sistemas de Justicia” son un drama judicial en dos partes en la que casi no hay presencia superheroica y que nos traslada a los años 70 (década en la que se estrenaron, por cierto, varias películas relevantes de ese subgénero), cuando un joven abogado, Vincent Olek, consigue absolver al hijo de un importante mafioso utilizando un ingenioso argumento legal. Su brillante defensa, sin embargo, le deja en las garras de ese criminal, poniéndose a sí mismo y a su familia en un serio peligro. Al final, es salvado por un vigilante enmascarado más próximo a él de lo que pensaba, el Caballero Azul, dispuesto a subsanar por la fuerza los agujeros del sistema judicial.

 

A la vista de la saga “Edad Oscura” que seguirá a “Héroes Locales” –y en la que el Çaballero Azul jugará un papel relevante-, estas historias parecen una especie de agridulce prefacio a la relación de la ciudad con su pasado más oscuro que se explora en ese arco. De hecho, el doble episodio del abogado menciona varios acontecimientos señalados de la época, tanto ficticios como reales: la muerte del Agente de Plata –de la que ya se habló en “Vida en la Gran Ciudad” y “Álbum de Familia”-, la dimisión de Richard Nixon, la participación del Viejo Soldado en la guerra de Vietnam o el juicio de la Primera Familia en un caso de espionaje.

 

Pero no todo es nostalgia y desengaño en “Héroes Locales” porque Kurt Busiek incluye también en esta miniserie historias más ligeras y optimistas. Por ejemplo, la que abre el volumen: “Los Nuevos”, en la que el portero de un hotel de lujo se esfuerza por ayudar a los huéspedes forasteros a comprender la especificidad de la ciudad: su comunidad de superhumanos y los continuos eventos extraordinarios que protagonizan. En el pasado, este humilde y discreto hombre, profundamente enamorado de su ciudad, tuvo su oportunidad de ser un héroe. Es una historia que ofrece una puerta de entrada a cualquiera que desconozca la trayectoria previa de la colección, capturando la esencia de la misma sin hacer que se sienta perdido.  

 

“Donde Está la Acción” se centra en un trapisondista editor de comic books, Manny Monkton, visto a través de los ojos de una de sus guionistas, Sally Twinings.  Busiek utiliza esta historia para imaginar cómo, si los superhéroes existieran, reaccionarían ante alguien sin escrúpulos a la hora de utilizar sus aventuras para ganar dinero convirtiéndolas en tebeos. Es también una crítica a la relación de los autores con sus editores y, en concreto, al conflicto entre los deseos del creador y las exigencias de quien debe comercializar su obra. Ese choque entre arte y comercio –que sin duda Busiek ha vivido de primera mano- está descrito con una ironía juguetona que aporta un nuevo y original punto de vista a este mundo superheroico.   

 

“Pastoral” nos aleja del ajetreo urbano de Astro City para acompañar a una enfurruñada adolescente a la que, contra su voluntad, sus padres envían al campo para que pase el verano en la granja de unos parientes. Irritada, empieza su estancia juzgando con condescendencia su nuevo entorno, compartiendo su malestar vía internet con su mejor amiga en la ciudad. Pero gradualmente, tomará conciencia de la belleza de los paisajes, el sencillo encanto de la gente y descubrirá que lo maravilloso no es exclusivo de la ciudad de la que procede porque también existen héroes enmascarados entre los granjeros y los feriantes. Su rendición definitiva llegará cuando descubra no sólo la identidad secreta del héroe local sino que éste mantiene una relación con su prima. Es una historia magnífica, sutil y con una caracterización de primera. El volumen se cierra con “Tras el Fuego”, un emotivo homenaje a las víctimas y héroes de los atentados del 11-S.

 

Visualmente, parece que no ha pasado el tiempo por Brent Anderson, quien sigue demostrando su versatilidad y capacidad narrativa en páginas sobresalientes en su composición, como esa doble plancha al comienzo de “Sistemas de Justicia”, en la que el abogado protagonista es atormentado por sus errores pasados. Como de costumbre, sabe darle a cada personaje su diseño distintivo, tiene buena mano para la expresividad y sitúa las figuras sobre fondos bien perfilados. Y también repite, como ya dije, el gran Alex Ross en las portadas y la creación visual de los personajes. La continuidad de este equipo es lo que ha permitido que “Astro City” sea una serie única en el panorama norteamericano. Es evidente que el trío trabaja en perfecta sintonía, disfruta haciéndolo y, consecuentemente, ha podido mantener una consistencia especial a lo largo de los más de veinte años que ha durado la serie.  

 

No es necesario sentir un apego especial por los superhéroes para disfrutar de “Astro City” porque el talento de sus creadores consiste en mirar ese universo desde cierta distancia, a un nivel metafórico, como si se tratara de relatos mitológicos. Si su accesibilidad es lo que puede atraer a un neófito en el género, el aficionado veterano apreciará el metalenguaje de las historias porque la serie también funciona gracias a las múltiples referencias que incluye. Los conocedores del género dominan sus fórmulas, sus códigos y arquetipos, pero aquí los van a encontrar reformulados por un guionista que tiene una sabiduría enciclopédica de los mismos y un dibujante que sabe aportar una especial humanidad a los superhéroes para reflexionar sobre la relación entre los mortales y los dioses, los hombres y sus héroes y, en general, la caleidoscópica naturaleza humana.

 

Puede que haya quien juzgue a “Héroes Locales” como una pequeña decepción que no alcanza el nivel de volúmenes precedentes. Es cierto que no hay tanta épica ni maravilla y que se compone “solamente” de pequeñas historias cotidianas, quizá menos intensas en términos de acción y grandiosidad, pero tan singulares y diversas y elegantemente ejecutadas como cualquiera de las que se habían visto hasta la fecha en la serie. Busiek, Anderson y Ross nos invitan a internarnos en un territorio familiar para contarnos historias que no habíamos visto hasta ahora, los dramas de aquellos que siempre quedan en la periferia de las aventuras superheroicas al uso, gente corriente como el lector que asisten como testigos al espectáculo o, algunas veces, participando fugazmente en el mismo.

 

(Continúa en la siguiente entrada)


2 comentarios:

  1. El tomo se me hizo algo irregular, y por eso es un ejemplo de la ventaja de leer este tipo de historias en grapa. Por casualidad logré Los Viejos Tiempos en la edición original antes que se publicase en España, y me encantó. En cambio, al releerlo en el tomo lo noté con algo menos de fuerza. Cuando se leen todas las historias una tras otra, al tener solo un tenue hilo común no se refuerzan entre ellas como hace una saga. Pero los tiempo de las grapas ya pasaron, y de todos modos las historias aquí presentadas son todas excelentes. Como favorita me debato entre En Brillante Armadura y Pastoral.

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    1. Es lo que también pasa en las antologías de cuentos, por ejemplo, que te lees uno detrás de otro y no deja el mismo poso que una novela por mucho que algunos de ellos sean brillantes. Pero aún así, tomados por separado, creo qeu estos son muy notables tebeos de superhéroes. Y en cuanto a las grapas, yo las abandoné hace ya muchos años.

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