¿Quién no conoce a Mafalda, esa niña cabezona, inquisitiva y contestataria que hacía unas demoledoras observaciones sobre el mundo y nosotros, sus ocupantes? Prueba de la genialidad de su autor, Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido universalmente por su nombre artístico de Quino, no es sólo el impacto que tuvo habida cuenta de la trayectoria relativamente breve de ese personaje (1964-1973), sino que desde entonces las tiras de Mafalda no han dejado de reimprimirse con enorme éxito una y otra vez, siendo igualmente disfrutadas por las nuevas generaciones, nacidas y educadas en un contexto muy distinto de aquél en el que la niña y sus amigos aparecieron originalmente.
Pero la carrera de Quino distó mucho de acabarse con Mafalda. Durante cuatro décadas ha


Sus chistes no se basan en gags facilones sino que a menudo exigen una observación atenta de la escena, de la disposición de sus elementos, para captar la esencia de la broma. Y es entonces cuando el lector queda dividido entre la risa que suscita aquélla, la admiración por la aguda observación del entorno (humano, político, social, económico…) que subyace en esa pequeña instantánea, y la amargura propia de cualquier sarcasmo o ironía que dan plenamente en el blanco.
Además, es el suyo un humor atemporal que trasciende las generaciones, los países, las culturas

Efectivamente, junto a su lucidez y capacidad inquisitiva, su dominio del dibujo es maravilloso: imaginativo en la puesta en escena, combinando la sencillez con lo minucioso, destacando el tema central sin descuidar los fondos –cuando éstos son necesarios- y con una expresividad facial y corporal que le permite

Quino es el humorista perfecto. No le sobra nada. No le falta nada. Y mucho mejor que describir su inmenso arte y sabiduría es contemplarla, así es que os animo a echar un vistazo a alguno de los múltiples libros recopilatorios de sus chistes, aunque uno de los más completos es el grueso volumen titulado “Esto no es todo”, un magnífico recorrido por el trabajo que este genio ha desarrollado en los últimos cuarenta años. Imprescindible.
una sola palabra.genio: excelente dibujante, profundo, tierno, justiciero sin moralina,muy gracioso, un ejemplo en muchos sentidos. saludos.
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