Durante muchos años, la antigua compañía dirigida por Martin Goodman, Timely Comics, basaba su fortaleza y capacidad de supervivencia no en la innovación y la creación de sus personajes, sino en copiar el éxito obtenido por otros. Fue una política que se mantuvo una vez que Stan Lee se hizo cargo de las labores editoriales y Shanna la Diablesa es uno de los ejemplos más claros de esta política.
En la ya lejana Edad de Oro de los comics, allá por 1937, un joven Will Eisner creó un

Y entonces, a principios de los setenta, Stan Lee lanza un descarado clon del personaje al que ni siquiera se molestó en disimular demasiado el nombre. Por entonces, Marvel estaba tratando de diversificar la tipología de su público. Uno de sus objetivos eran las lectoras jóvenes y para ellas Lee decidió lanzar una tríada de personajes femeninos creadas y/o escritas por artistas del mismo sexo. Shanna fue una de ellas (las otras dos fueron Night Nurse y Tigra) y debutó en el número 1 de su propia

Originalmente, el personaje era una mezcla del atractivo y liberalismo exhibidos por Jane Fonda y la exuberancia de Raquel Welch. En fin, que funcionaba más como un reclamo para adolescentes de libido alborotado que como heroína defensora de valores feministas. Además, el cómic no tardó en seguir el camino de todos los publicados por la editorial: integrarse en el universo superheroico. La andadura inicial de su serie no pasó del quinto número, pasando luego a aparecer en otros títulos de la casa y convirtiéndose en la mujer de otro héroe selvático marvelita: Ka-Zar.
Entonces, en abril de 2005, aparece una nueva versión del personaje realizada por el popular Frank Cho en forma de miniserie de siete episodios publicada bajo el sello Marvel Knights.
Tres años después de haberse estrellado en una selva olvidada por el tiempo, un grupo de

Cuatro meses después, Shanna se ha convertido en la protectora del grupo, atrincherado en un fuerte que han construido en una isla rocosa para defenderse de los dinosaurios carnívoros. La impresionante mujer, diseñada genéticamente por los científicos nazis para ser la guerrera perfecta, no sólo tiene una fuerza sobrehumana, extraordinarios reflejos y una asombrosa resistencia al castigo físico, sino que es tan inteligente que ha aprendido a dominar el inglés en cinco semanas.

Frank Cho no se molesta en intentar recuperar el tono de reivindicación político-social con tintes medioambientales que había pretendido encarnar la Shanna original de los setenta. De hecho, la única relación entre el antiguo personaje y el reinventado por Cho es el bikini de piel que ambos visten. Ni siquiera está la nueva Shanna inserta en la continuidad Marvel oficial, estableciendo en esta miniserie un nuevo origen: de ser una zoóloga cuyo odio por las armas de fuego y el amor a los animales la llevó a establecerse en la Tierra Salvaje, a ser el resultado de un experimento genético nazi.
La serie tiene un buen arranque, combinando algunos elementos propios de la ciencia ficción y


Para empezar, Cho es un excelente narrador. Los siete números se leen con la máxima agilidad, entre otras cosas porque muchas de las páginas están dedicadas a mostrar dinosaurios y carecen de textos de ningún tipo. Los tiempos, secuenciaciones, composiciones de página y ángulos “de cámara” están perfectamente diseñados para crear escenas rebosantes de suspense y acción.
Por otra parte, el estilo naturalista de Cho disfruta de una línea elegante y una belleza que salta fuera de la página para cautivar al lector. Ya sean las rotundas formas de Shanna, los soldados o los variopintos dinosaurios, todo está plasmado con un amor al detalle que, sin embargo, tiene la virtud de no recargar la viñeta ni lastrar el ritmo.
Hay pocos artistas de comic con la habilidad de Cho para dibujar la figura femenina. Y ello no

Se dice que la serie iba a ser originalmente publicada bajo el sello Max de Marvel (en el que tenían cabida títulos con material más adulto) debido a la inserción de escenas con Shanna desnuda, pero que finalmente Cho recibió la orden de redibujar esas viñetas y tapar las zonas pudendas. En realidad, la presencia o no de desnudos no afecta para nada ni a la historia ni a la belleza del dibujo.

En resumen, la Shanna de Frank Cho es un comic de inspiración pulp que bebe directamente de obras como “Parque Jurásico”, “Tarzán”, “En Busca del Arca Perdida” o “Alien”. El género de “Mundos Perdidos” que le sirve de marco no es ni nuevo ni introduce elemento original alguno, pero para muchos aficionados a la aventura de corte clásico –como el propio autor- la combinación de dinosaurios, nazis y supermujeres les resultará irresistible. Y, desde luego, si aprecias un buen dibujo, como mínimo resulta recomendable echar un vistazo, aunque sea superficial.
Excelente texto. Lo compartiré en una próxima publicación.
ResponderEliminarPero tengo una duda: Shanna y Sheena son diferentes personajes?
ResponderEliminarSí, Sheena es más antiguo. Shanna es la versión Marvel, un plagio encubierto...
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