3 jul 2017
1984-LAS AVENTURAS DE TON Y MIRKA –Harriet y Daniel Redondo
No resulta fácil encontrar ciencia ficción gráfica de calidad realizada expresamente para un público infantil. La desaparición de las antiguas revistas de comic (Mortadelo, Pulgarcito, TBO, Don Miki, Spirou Ardilla, Super Guay, Fueraborda…) dejó vacío ese nicho de mercado. Ello influyó negativamente en la captación de nuevos lectores, que se veían obligados, bien a saltar directamente de los cuentos infantiles a los superhéroes, bien a realizar un esfuerzo económico y comprar los álbumes de comic europeo (Asterix, Blueberry, Tintín…).
“Las Aventuras de Ton y Mirka” es un excelente ejemplo de lo que debería ser un comic de ciencia ficción para esa franja de edad comprendida entre los siete y los catorce años.
Ton es un muchacho que acaba de ingresar en un aislado orfanato. Su carácter rebelde e individualista no tarda en enfrentarle tanto a los matones del lugar como a la cruel institutriz a cargo del mismo. Pero he aquí que una noche llega una nave espacial tripulada por Mirka, una joven alienígena embarcada en una importante misión: hallar a los supervivientes de su especie que hace siglos fueron enviados desde su planeta a la Tierra. Ton no duda en aprovechar la oportunidad de escapar de la horrible vida que le aguarda en el orfanato y arreglárselas para convencer a Mirka de que le acepte como acompañante.
Comienza así una gran aventura que les llevará a explorar el pecio de un antiguo galeón español hundido en el Atlántico, sobrevolar las líneas de Nazca, penetrar en las ruinas mayas de la selva centroamericana y, finalmente, resolver el misterio en la isla de Pascua.
Un chico alienado que escapa de una triste existencia y se embarca en la más extraordinaria de las aventuras, un orfanato salido de una novela de Dickens, una mascota/robot graciosa y temperamental, entornos exóticos, una maravillosa nave con la que llegar al fin del universo, monumentos de civilizaciones extinguidas, pozos de serpientes y fosos con pirañas, tribus adorando el recuerdo de dioses venidos del cielo… son todos ellos tópicos del género, tanto de la ciencia ficción como de la aventura. Pero lo son para quienes ya tengan cierto recorrido vital e intelectual, una experiencia acumulada como lector y aficionado. Para el niño o el joven que se acerque a ellos por primera vez son los emocionantes ingredientes de una gran aventura con la que poblar sus sueños.
La historia, escrita por el vasco Gregorio Muro Harriet (laureado guionista que además ha ejercido de periodista y director de cine y TV), mezcla las peregrinas teorías del suizo Eric Von Daniken sobre la influencia extraterrestre en las antiguas civilizaciones humanas, con mensajes ecologistas, pero en general está muy bien llevada: tiene un ritmo ágil, abunda la acción y las peripecias, pero siempre expuestas de un modo tradicional, sin histrionismos ni violencia innecesaria –ni siquiera existe el típico villano-, con toques de humor y suspense. Los personajes son sencillos, sin complicaciones, planos pero idóneos para el tipo de aventura ligera que aquí se narra.
En cuanto el dibujante, el bilbaíno Daniel Redondo, éste resulta ser un profesional más que competente, capaz de resolver con eficacia y buen ojo las diferentes y muy variadas escenas. La narración es fluida y el grado de detalle es elevado sin transmitir por ello sensación de abarrotamiento. Los decorados en los que transcurre la acción están muy bien trabajados y particularmente bien coloreados, y el diseño de tecnología halla su inspiración en filmes y comics clásicos (“Valerian” entre ellos). No es que su estilo tenga una personalidad arrebatadora, pero tampoco se lo piden la historia ni los lectores a los que va destinada.
“Las Aventuras de Ton y Mirka” es un comic ideal para que el lector preadolescente dé sus primeros pasos en la ciencia ficción; pero sus virtudes también pueden ser apreciadas por aquellos adultos que no hayan olvidado lo que sintieron años atrás al sumergirse en relatos que bullían de aventuras, rescates, naves, robots y alienígenas.
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